Opinión

Sorpresas te da la vida

Eso dice el estribillo de una famosa canción y eso ha ocurrido con el devenir de algunos personajes de nuestra reciente historia. Era en 1964 cuando de la mano de Jesús Aparicio Bernal llegaron a TVE diversos desconocidos de la vida profesional para ocupar puestos modestos. Años más tarde dos de ellos ocuparon lugares de gran relieve en la llamada Transición. Me refiero a Juan José Rosón y a Adolfo Suárez. El primero procedía de un colegio del SEU y Suárez del Instituto Social de la Marina, era protegido de Carrero Blanco y su primer destino en TVE fue el de Secretario de las Comisiones Asesoras. Su ascensión fue imparable y en 1967 fue nombrado Director de la Primera Cadena. Desde ese momento comenzó una mayor presencia del entonces Príncipe de España en la pantalla. No voy a relatar ahora todo el proceso ascendente de Adolfo, a caballo entre el supuesto azul de su camisa y el incoloro real de su pensamiento. Fue en esas fechas, concretamente el 5 de octubre, cuando recibí un oficio, por él firmado, al que adjuntaba una de las muchas relaciones que incluían las canciones no radiables y que venía firmada por el entonces Subdirector General de Radiodifusión. Hasta aquí, nada anormal.


Mi sorpresa empezó cuando encontré entre los títulos prohibidos uno que rezaba: ‘Trabajar, pensar, vivir por España’, mi sorpresa se convirtió en mayúscula cuando comprobé que en la columna de los autores figuraba un nombre familiar, era: ‘Don Juan de Borbón’, el padre del Príncipe y quien era llamado: ‘Juan, tercero izquierda’. Les juro que es verdad lo que relato.


El oficio enviado por Suárez llevaba el número 2151/5 e iba remitido al jefe de la Oficina Artística de TVE y a los realizadores señor Quero y señor Martí Maqueda.


El texto dice: ‘Acompaño relación nº 51 de textos calificados como no radiables y relación nº 4 que habiendo sido calificados como no ‘radiables’, una vez revisados pueden considerarse como radiables’.


¿A qué la vida da sorpresas? ¡Suárez, censurando al padre del futuro rey! Todo es cuestión de costumbre.



Te puede interesar