Opinión

Buenas noticias, pero...

Al término del año 2014 ha bajado el paro y ha subido el empleo. Sin duda se trata de una buena noticia para las dos caras de la misma moneda por lo que supone de reducción del paro registrado en más de un cinco por ciento, aunque todavía se encuentre muy cerca de la cuota de los 4,5 millones de desempleados -4,44 millones- y que se haya vuelto a crear empleo por primera vez en los últimos siete años y se hayan recuperado 417.574 afiliados a la Seguridad Social, hasta los 16.775.214 ocupados.

Estos datos son los que hacen que el Gobierno sea optimista con respecto a las perspectivas para el presente año, el último que le queda para presentar mejores cifras de las que recibió en herencia y que empeoraron en su primer año de gestión. El paro registrado ha descendido por segundo año consecutivo, pero todavía no ha llegado a bajar de las cifras heredadas, después de los terroríficos 2008 y 2009. Y en cuanto al empleo, los cotizantes a la Seguridad Social se encuentran todavía lejos de los 17.230.000 que había cuando Mariano Rajoy llegó al Gobierno.

El mes de diciembre ha tenido un comportamiento excepcional en cuanto a paro y empleo, hasta el punto que de los 253.627 parados menos en el conjunto del año pasado (-5,39%), 64.405 personas (-1,4%) corresponden al mes de diciembre; es decir, la cuarta parte de la reducción del paro se ha registrado en este mes marcado por un incremento de la actividad económica sobre todo en el sector servicios y la hostelería que son los dos capítulos en los que se ha producido una mayor reducción del paro. Pero, en términos desestacionalizados, el paro bajó en diciembre en 5.404 personas. Otro tanto pasa con la Seguridad Social dado que el número de altas registrado en diciembre 79.463 cotizantes más (+0,48%), supone el 19% de todas las del año, aunque en este caso el dato es más positivo por cuanto en términos desestacionalizados aumentó en 46.201 afiliados.

Por tanto, hasta el momento, lo que se lleva de legislatura, no ha sido nada positiva ni para el paro ni para el empleo en términos absolutos, porque ni se ha reducido el paro heredado ni se ha llegado al nivel de empleo que también heredó el Gobierno, aunque según las previsiones del ministro de Economía, Luis de Guindos, en el próximo año se pueden crear otros 400.000 puestos de trabajo para llegar a su vaticinio de que entre 2014 y 2015 se crearán 800.000 nuevos empleos.

Si lo que pretende el Ejecutivo es llegar a las elecciones generales de noviembre de este año con unas cifras de paro y empleo cuantitativamente mejores que las de 2011 es muy probable que lo consiga y será un apunte en el haber de su gestión. Pero de no corregirse la tendencia actual –y no parece que vaya a ocurrir- no podrá decir lo mismo de la calidad del empleo creado como demuestra el descenso de las horas trabajadas en relación directa con el aumento del empleo temporal -que supone el 93% de la contratación-, el incremento de los trabajos a tiempo parcial, el crecimiento de los ‘falsos autónomos’…

Los datos positivos de finales de año y las expectativas que genera el ‘despegue definitivo’ de la actividad económica que vaticina el Gobierno respecto al empleo tampoco pueden hacer olvidar otros problemas subyacentes como el descenso de la protección como consecuencia del aumento del paro de larga duración. Precariedad, temporalidad, cobertura… Esas son también asignaturas pendientes.

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