Opinión

La propuesta de Rajoy

En esta ocasión se ha cumplido el anuncio realizado por el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando y el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, 53 días después del 20D ha formulado una propuesta a Ciudadanos y el PSOE para recuperar la iniciativa política que, tras su primera negativa al rey y su segunda abstención, ha pasado al líder socialista.

Es difícil estar en desacuerdo con los cinco grandes acuerdos de Estado que ha propuesto Mariano Rajoy en su conversación con el líder de Ciudadanos –empleo y crecimiento, reforma fiscal y de la financiación autonómica, refuerzo del Estado de bienestar y pensiones, educación y unidad de España- y muchos de ellas coinciden con los expresados en el documento elaborado por el PSOE y los deseos de cambio manifestados por Albert Rivera, aunque no deja de sorprender que sus propuestas sobre el fortalecimiento institucional para avanzar en la lucha contra la corrupción no se hayan adoptado en la anterior legislatura mientras que ahora parecen empujadas por las últimas investigaciones sobre corrupción que se siguen sobre el PP en la Comunidad Valenciana, pero que quedan en entredicho por otras decisiones como el blindaje como aforada de la senadora Rita Barbera. Pero es grato leer un documento del PP palabras como “sensibilidad”, “pacto por la educación”, “apoyo a los más vulnerables” que han estado ausentes de su gestión en la pasada legislatura, que por otra parte es tan vago y generalista como otros puestos a discusión.

La tardanza en presentar su plan de pactos para lograr la investidura se entiende porque se trata de una enmienda a la totalidad realizada por el propio Rajoy que propone reformas de las reformas fiscal y educativa cuyos efectos reales todavía no se han dejado sentir y que estuvieron rodeadas de fuertes rechazos. Además, compromete algunas actuaciones de las que no podrá desdecirse si no repite como presidente del Gobierno: tras la advertencia de Bruselas de que no habrá más margen para cumplir el objetivo de déficit en tiempo y forma es una buena noticia escuchar a Rajoy afirmar que se puede hacer "uso de la flexibilidad que permite la Unión Europea" para afrontar este compromiso. Gobierne o no, es de esperar que haga valer su posición en Europa para conseguir nuevos plazos para que no sea inmediata la adopción de medidas que supongan más recortes de los servicios públicos esenciales, como parece indicar la Comisión Europea. 

Al margen de la interferencia con las negociaciones que lleva a cabo Pedro Sánchez la cuestión es el método –la ideología- porque cuando en el documento presentado por el PP a las otras dos fuerzas políticas se habla de que la única solución a la gobernabilidad es un pacto PP, PSOE, C’s parte de la suposición de que son “votos coherentes”, pero lo son, en el caso de socialistas y populares, solo a la hora de la defensa de la Constitución y de la unidad de España, porque en el resto de asuntos sus postulados no pueden estar más distanciados y los resume en lo que califica como la “Agenda Moderada”, en oposición a la “progresista” que defiende Sánchez y que está negociando con Albert Rivera.

Rajoy trata de recuperar la iniciativa, pero quizá ya sea tarde. Su legitimidad es representar al partido más votado, pero los vetos cruzados pueden convertir su documento en papel mojado.

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