Opinión

Manipulación

Se ha sentido alguna vez manipulado? La respuesta no puede ser otra que un rotundo ¡si!; no alguna vez, sino ¡cientos, miles, permanentemente! Vivimos en una estructura social que se basa en la manipulación, la mentira y la codicia. ¡Qué difícil seria el control de la humanidad si no fuese manipulada!, piensan algunos; ¿cómo orientar a un depredador sin controlar sus instintos? Sí, teóricamente se puede, pero para ello habría que establecer prioridades éticas en el individuo y una moral social en consonancia con esas primacías. Pero lo que se está haciendo es buscar respuestas colectivas controladas a estímulos prefijados. Se trata de evitar por cualquier procedimiento la autonomía de la consciencia y el derecho a pensar distinto.

La mentira se ha instalado en la información de una manera subliminal: se anula la capacidad de respuesta a un acontecimiento, utilizando los procedimientos más sofisticados. Se oculta lo trascendente multiplicando información sobre lo superfluo. Se manejan los sentimientos en función de los intereses de una privilegiada élite. Se justifican agresiones a las libertades fundamentales, fomentando el miedo y el egoísmo. No se duda en falsificar la historia si ello engrandece nuestro ego y justifica la violencia. Se educa buscando el éxito y la competitividad. Se instruye anulando la reflexión y domesticando la imaginación.

Las clases dirigentes aspiran a controlar los recursos del planeta; para ello, desde siempre, han articulado unas estructuras piramidales basadas en la fuerza y en la alienación de las mentes. Han utilizado las religiones, los ejércitos, la enseñanza y las debilidades humanas. No han dudado en provocar crímenes, genocidios, torturas, violaciones y guerras cuando han visto peligrar sus intereses.

Hoy, en nuestro país, dentro de un clima de miedo y supervivencia, unos mercenarios “expertos” en economía (hay quién los llama sabios) al servicio de los poderosos; nos presentan un “sesudo” estudio basado en conseguir hacer al rico más rico; a las clases medias, pobres, y a los pobres, pordioseros. Pretenden bajar los impuestos directos, que se pagan proporcionalmente a los ingresos, y subir los indirectos que pagan los ciudadanos independientemente de las rentas percibidas. El informe lo venden con una sonrisa y una exposición magistral, sin duda están contentos de su trabajo. Una vez más estamos ante una representación preparada para que el Gobierno modifique la propuesta (como sucedió con la subida de la luz) suavizándola, y así todos satisfechos.

Me permito una anécdota que sucedió en Roma en la época en que Cayo Calígula gobernaba el imperio. El emperador estaba profundamente enamorado de su hermana Drusila, y cuando esta murió, pretendió que se la adorase como a Isis, tal vez recordando lo que aprendió en su infancia en Egipto, denominándola diosa Pantea. Aunque parezca increíble, su locura fue apoyada por algún ciudadano romano. Se cuenta que Livio Gémino, noble y senador, afirmó ante el emperador y el senado que había visto a Drusila subir al cielo acompañada de unos seres alados que la sostenían. Su narración fue premiada por Calígula con un millón de sestercios.

¿Cuánto vale para don Mariano el estudio de los “sabios-expertos”? Su instrumentalización manipuladora vale por lo menos lo que cobró Gémino por su divina visión.

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