Opinión

Clima y fuego

Mucho se ha estudiado la influencia que los fuegos que padecemos cada verano tienen en el cambio climático, no sólo por los gases de efecto invernadero que emiten, sino también por como se comportan las corrientes de aire y oceánicas debido a las diferencias de presión que se producen, al metano y CO2 que absorben las aguas y, por supuesto, a la diferencia como se refleja la luz solar, con menos radiación hacia la atmósfera, y la disminución de absorción de agua y emisión de oxígeno tras el incendio, con las consecuencias de desaparición de nubes (vapor de agua) elemento de la capa efecto invernadero que permite la vida en nuestro planeta.

En el estudio que se está realizando sobre el huracán "Katrina", que arrasó la ciudad de Nueva Orleans superando todos los obstáculos que tenía al cambiar el rumbo inicialmente previsto, se está tomando en consideración como una de las causas de la fuerza y camino seguido el gran incendio que asoló la selva brasileña poco antes. ¿Sorprende que algo alejado influya?, no. Desde hace muchos años se conoce que los incendios que han ocurrido en el triángulo Península Ibérica y países del norte del Mediterráneo, California y Australia influyen en las corriente atmosféricas y oceánicas; lo que era algo natural, por diferentes razones e intereses económicos se ha convertido en una plaga, siendo una de las causas antropogénicas (humanas) del cambio climático, al producir variaciones en las corrientes aéreas y oceánicas.

Para que no todo sea del fuego, entre otros muchos factores, el Sol con sus tormentas, erupciones o llamaradas también influye en esas corrientes. Los estudios realizados sobre las oscilaciones del Atlántico Norte y del Pacífico lo demuestran. Los más conocidos son los fenómenos “El Niño” y “La Niña”, que se turnan con las alteraciones solares; lo que tampoco es ninguna sorpresa, pues buena parte del clima depende del Sol, y la protección que tiene la Tierra, entre la que se encuentra la capa de efecto invernadero que permite que tengamos una temperatura 34°C más de lo que sería normal si no existiese, gracias a lo cual la vida tal como la conocemos es posible en nuestro planeta. No alteremos estas corrientes con elementos que producen energía.
 

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