Opinión

El día de la fiesta

Cuánta razón tenía el entonces nuncio en España, Hildebrando Antoniutti, en 1956, en la coronación canónica de la Virgen de las Angustias de Cuenca! Hizo allí un emocionado y poético discurso en el que hablaba de la devoción mariana en España, y esa sinfonía que esa piedad popular compuso a lo largo de los siglos en estas tierras. Mañana,15 de agosto, sin duda es el exponente de cuanto Antoniutti decía. Es difícil encontrar un pueblo en el que mañana se carezca de pequeña o gran fiesta. Día de encuentros, recuerdos e incluso reconciliaciones. ¡Es la fiesta del pueblo por excelencia! La Virgen de agosto, la patrona de infinidad de parroquias, la Asunción a los Cielos que en Oriente le dicen "Dormición de la Virgen".

Se cumplen el próximo día 8 los 50 años de aquella jornada memorable de la coronación canónica de la Virgen de los Milagros que llevó a cabo el cardenal Quiroga, entre lágrimas, recordando la frase de su buen padre cuando ante el cadáver de su madre, en Maceda, le dijo: "Fernando, dende agora a túa mai está alí", señalando la cumbre del Medo. El cardenal, hijo de la zona, afirmó: "En el ejercicio del sagrado ministerio hay emociones que se sensibilizan en un nudo que oprime la garganta y que hace temblar la voz..." Y la Virgen se quedó sin fuegos porque, ¡maldito error!, explotaron antes de tiempo ante el malhumor del P. Carballo... Yo lo vi.

El año de 1954 fue Año Santo en Compostela. Ahora, con buen criterio para rememorar las bodas de oro de la Coronación de la reina del Medo, el obispo ourensano ha convocado un Año Santo que ha tenido presente la programación diocesana para el próximo curso: "Ourense en misión con María", tratando de entusiasmar con la cercanía de la Virgen para salir al encuentro del hombre de hoy y manifestarle la alegría del Evangelio. 

Lo necesita el mundo. Ya en la inauguración del Año Jacobeo de 1954, el delegado regio y ministro de Justicia, Antonio Iturmendi, dijo en la basílica compostelana algo que hoy posee actualidad. Pedía al Apóstol: "Salva a este mundo atormentado y apóstata, que se agita en terribles convulsiones de muerte, porque se han desviado del Camino, la Verdad y la Vida, y por esto los asombrosos adelantos de la técnica lo prepara y acumula para su propia destrucción.”

Y el cardenal lo dejaba claro: “Las naciones se han atrincherado detrás de sus fronteras y una hosca y temerosa desconfianza preside las precarias relaciones que se entablan entre los pueblos; y el peregrino siente que se le ensancha el corazón al ponerse en contacto con otras razas y lenguas. Será la intención del Año Santo de 1954: que superando el materialismo egoísta, volvamos a los caminos de la espiritualidad y de la caridad cristiana, única base de una paz segura"

El Año Santo Mariano que vamos a celebrar en Ourense con la piedad popular que caracteriza los eventos marianos puede ser una fuente de seria renovación. El papa Francisco lo recuerda: "La piedad popular es un tesoro que tiene la Iglesia, espacio de encuentro con Jesucristo. Y para conservar, cultivar y acrecentar este tesoro, es preciso acudir siempre a Cristo, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia. La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión con los Pastores".

Serán muchos los que de buen gusto se sumarán a esta acción que emprende la Iglesia ourensana en la certeza de que, como recuerda también Francisco, caminar juntos hacia los santuarios y el participar en otras manifestaciones de la piedad popular, también llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador. Tengo claro que, de maneras diferentes, la diócesis se moverá en torno a la Virgen cumpliendo los objetivos del Plan de Pastoral, siendo misioneros del amor.

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