Opinión

Juventud sin vida interior

A veces, también a los curas nos da cierto miedo o pudor de hablarles a la juventud de la vida espiritual, las exigencias de la fe. El tercer punto del que habló Francisco en San Siro a la juventud versó sobre la necesaria vida espiritual para los jóvenes de hoy: “Id a la parroquia, relacionaos con los otros. Esto es importante. ¿Os gusta estar en la parroquia?, ¿os gusta ir a misa?”, les preguntó. “Hablad con los abuelos, jugar con los amigos, e ir a la parroquia, porque con estas cosas tú rezarás más, y la oración es el hilo que une las tres cosas”.

Unos padres de tres hijos le preguntaron: “¿Cómo transmitir a nuestros hijos la belleza de la fe? Es complicado hablar de esto sin parecer aburrido o banal, o autoritario”. “Es clave en vuestra vida de padres, y en la nuestra como pastores y educadores: la transmisión de la fe”, respondió invitándoles a “recordar las personas que han dejado una impronta en vuestra fe”. Francisco habló de un sacerdote de Lombardía, “un bravo sacerdote que me bautizó y que, durante toda mi vida, me ha acompañado en la entrada al noviciado. Y nunca me olvidaré de aquel sacerdote, un apóstol del confesionario. Misericordioso, bueno, trabajador”.

Junto a ello, evitar las peleas: “No podéis imaginar la angustia que siente un niño cuando sus padres se pelean. Sufren mucho. Y cuando los padres se separan, la cuenta la pagan ellos. Hay que ser conscientes de esto y cuando os peleáis, ellos, que son muy intuitivos, sacan sus propias conclusiones y enseñanzas”.

“La fe es una de las mejores herencias que habéis recibido de vuestros padres, y que debéis transmitir a vuestros hijos, ayuda a ir hacia adelante, sin pesimismo. Este es el mejor testimonio que podéis darles”. Y prosiguió: “En la medida de lo posible, santificar las fiestas, que no es solo ir a misa y dormirse en la homilía, es también celebrar juntos, aunque -admitió- en nuestros días, muchos padres tienen que trabajar incluso en días festivos, y esto es triste. Yo siempre pido a los padres: juega con tus hijos. Juega. Jugad con los hijos, perded el tiempo con los hijos, y así también les transmitiréis la fe”.

Una madre y catequista le preguntó: “¿Qué consejos nos puede dar para abrirnos a la escucha y al diálogo con todos los educadores que tienen que ver con nuestros jóvenes?”. “Yo creo en una educación basada en pensar, sentir y hacer. Es una educación con el intelecto, con el corazón y con las manos, y tres lenguajes. Educar en la armonía de los tres lenguajes, al punto que los jóvenes, los niños y niñas, puedan pensar qué es lo que sienten y hacen, sentir qué piensan y hacen, y hacer lo que piensan y sienten. No divorciar las tres. No educar solo el intelecto, es importante, pero el cerebro, sin el corazón y las manos, no sirve”. Largas las citas, pero creo que interesantes los contenidos. Todo un programa el que Francisco ofreció en San Siro para los jóvenes que allí estaban y para un buen grupo de padres que les acompañaban.

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