Opinión

La voz del Rey y los muros

Procuro todos los años seguir la entrega de los premios (hoy) Princesa de Asturias porque las intervenciones suelen ser muy interesantes. Y es lógico, ya que los premiados suelen ser personas de reconocida valía. En este caso, el rey también suele enviar en su discurso un mensaje ya sea clara y directamente o entre líneas. Las ideas vertidas en el Teatro Campoamor en aquel día vienen muy bien para este mes en el que estamos y en el que "supuestamente" debiera ser de paz, concordia y amor; de familia, alegría y diálogo; de entendimiento, convivencia y entrañables recuerdos.

En la edición de este año, el rey Felipe VI pidió a los españoles "alejarse" de "todo lo que pretenda señalar, diferencias o rechazar al otro", de lo que los "separa" y "debilita": "Apartémonos, de todo lo que pretenda señalar, diferenciar o rechazar al otro porque los españoles no somos rivales los unos de los otros", dijo don Felipe dejando traslucir su inquietud por las “fracturas sociales”. Una voz de alarma ante los "muros emocionales" que se están levantando en España, aludiendo veladamente al desafío soberanistas catalán.

El monarca señaló que: "Cuando se levantan muros emocionales —o se promueven divisiones— algo muy profundo se quiebra en nosotros mismos, en nuestro propio ser, en nuestros corazones. Que nadie construya muros con los sentimientos. (…) Las divisiones nunca hacen grande a un pueblo; solo lo empobrecen y lo aíslan. Evitemos las fracturas sociales que tanto daño hacen a las conciencias de las personas, a los afectos, a la amistad y a las familias, a las relaciones entre los ciudadanos". Y animó, por otra parte, a seguir "construyendo España", a la que calificó de "nación europea con raíces milenarias y vocación universal que debe seguir unida en su camino hacia un futuro de mayor concordia y progresos, con la dignidad, el respeto y el orgullo que merece su historia y su memoria". Y también habló de la "obligación" de "perfeccionar y proteger la educación", algo "esencial para consolidar una sociedad libre, segura de sí misma, justa, confiada y, en definitiva, feliz. (…) Es necesario mejorar siempre los mecanismos de apoyo y financiación a la ciencia".

Con toda intención he tratado de demorar esta reflexión a la espera de que otros hiciesen lo propio. Pocos lo han hecho. Este año, el gobierno municipal de Oviedo, formado por un tripartito de PSOE, Podemos e IU, se ha dividido a la hora de asistir al acto y, desde fuera del teatro, ha habido clamorosas manifestaciones antimonárquicas. Realmente si algo tiene de positivo la monarquía parlamentaria española, y creo que posee mucho más, es ser punto de encuentro en la construcción de un país común y en el desarrollo de una sociedad a la que nunca las luchas partidarias debieran perturbar.

Posiblemente en las campañas electorales prima más el voto que el bienestar general. Son unos días de una refriega constante en la que nunca faltan descalificaciones e insultos que en definitiva son los que crispan a la sociedad. Porque entiendo que sería necesario revisar el concepto de democracia para aplicarlo tajantemente. Sabiendo que este sistema político es el mejor siempre y cuando los que lo manejan supiesen exponer programas, e ir a lo fundamental y dejando lo accesorio.

Porque, si somos sinceros ¿ustedes creen que un gran número de mítines e intervenciones van a los problemas reales de los votantes? Yo tengo mis dudas y acaso la distracción del personal de cara a la consecución de votos sea lo que priva..

Te puede interesar