Opinión

A propósito de Federico Mayor Zaragoza

Una buena excusa para viajar a Pontevedra esta semana es el encuentro de diferentes personas expertas en educación, con el tema ya famoso del Pacto Educativo. La Semana Educativa de Pontevedra, organizada por el MRP Escola Viva y la Fete-UGT, ha reunido a representantes de todos los colectivos implicados en la comunidad educativa, exponiendo sus argumentos de cuál será el mejor acuerdo en este asunto. Sin embargo, y a pesar del deseo de llegar a acuerdos, se atisba una preocupación general de la que nadie quiere pronunciarse.

¿Qué raro?, la transparencia de cualquier pacto debería ser una señal de identidad inequívoca de su existencia, ¿no creen ustedes?; no obstante la realidad ofrece una cara menos amable que los buenos propósitos ofrecidos en primera instancia, y me refiero en concreto a que algunos creen que en un ambiente enrarecido políticamente, alguien (en este caso el Gobierno), puede sacar una buena y rentable tajada electoral.

El pacto educativo debiera ser un triunfo para todos. Para el conjunto de esa sociedad solo puede ser una ganancia cara a un futuro más inmediato. De lo contrario será como una losa inexorable que se nos viene encima, que una vez formada y conformada a una masa existente con la que a menudo nos lamentamos, criticaremos y no estaremos de acuerdo, afirmando que solo desde la educación podremos transformarla.

¡Falacias! Ya que cuando tuvimos la oportunidad, la echamos por tierra. Es por tanto, muy posible que en pocos días conozcamos el desenlace de la historia, si resulta positiva, o de la farsa en la que han querido participar los protagonistas. Que, por cierto, casi siempre son los teóricos y pocas veces los que gozan de la experiencia docente necesaria.

Cuando nos proponemos dar clases a los que saben más que nosotros, desde la experiencia docente del día a día, puede sucedernos lo mismo que donFederico Mayor Zaragoza nos contaba en su conferencia de este lunes. En Burkina Faso, junto con otros colegas de la Unesco, al final de una conferencia se le acercó una maestra, con una sonrisa un tanto particular, y le dijo que ya estaba un poco cansada de los señores de Unicef, Unesco y ONGs, puesto que siempre aparecían para darles consejos, y nunca para aprender de ellos. Esta frase hizo mella en don Federico y con la humildad y cercanía que le caracterizan, se puso a escuchar.

Esto me hace pensar que al final, con leyes orgánicas o sin ellas, con pacto o sin él, siempre estarán detrás un amplio colectivo de docentes, que junto con el apoyo de las familias, sacarán adelante a las nuevas generaciones. Con todo, estaremos expectantes al día 22 en el que están convocadas las distintas mesas de negociación. Todo un reto y una responsabilidad con consecuencias colosales, para bien o para mal.

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