Opinión

Debate con tres presidentes

Esta semana asistimos, en el Parlamento gallego, al llamado debate sobre política general’, popularmente conocido como debate sobre el estado de la autonomía. Quizás, junto con el pleno de presupuestos, las sesiones más importantes del año, fundamentalmente a efectos mediáticos. Una sesión en la que, teóricamente, el Presidente de la Xunta expone su visión de Galicia y se debaten y votan las propuestas que formulan los grupos parlamentarios para diseñar el futuro.


Digo bien teóricamente porque, como saben, en Galicia no hay Presidente de la Xunta. Lo que hay es un bipartito con dos presidentes: el socialista y el nacionalista. Así, en un ejercicio digno de una mala comedia, comparecieron dos por uno, como en una oferta de hipermercado -en este caso en patente liquidación-, a cada cual peor. Habló Touriño de lo suyo, de los aspectos que dirige, supuestamente, el área socialista del bipartito. Después intervino Quintana, desautorizando a su portavoz y haciendo sombra -no es tan difícil- a Emilio Pérez, para intentar convencernos de las bondades de la banda nacionalista de este ejecutivo que nada ejecuta. Más que hablar de la autonomía hablaron de las ‘autonosuyas’, si se me permite el chascarrillo con ‘copy right’ de Vizcaíno Casas. Hablaron de lo suyo pero no hablaron de Galicia. En resúmen discursos sin proyecto de un gobierno desunido.


Afortunadamente también hubo otro orador, el presidente popular Alberto Núñez. Con una intervención de altura, desgranando un proyecto de futuro para Galicia, haciendo un amplio recorrido por la realidad de nuestro país con propuestas claras de actuación. Desde la austeridad en el gasto público hasta la exigencia irrenunciable de la agilización de plazos en obras clave de infraestructuras como el AVE. Pasando evidentemente por la creación de empleo -siguen siendo los socialistas los mayores especialistas en generar paro- y la apuesta por sectores clave de nuestra economía como ejes fundamentales de desarrollo. Un discurso completo, con un proyecto, para ser ejecutado por un gobierno unido y sólido, bastando ya para experimentos el de este trienio bipartito. Como dijo ‘preparado y dispuesto para liderar’.


El dato de las propuestas de resolución presentadas es más que claro:quinientas ochenta y cinco populares por treinta y una de la coalición PSOE+Bng. No sólo la cantidad sino la calidad deben examinarse. Así, en momentos de crisis económica, y sin negar su importancia, socialistas y nacionalistas, por ejemplo, proponían crear una comisión para celebrar el bicentenario de la independencia de los países hispanoamericanos o que la Xunta elaborase un plan estratégico de juegos tradicionales. Increíble pero cierto. Nuestras propues tas, las populares, fueron rechazadas por este bipartito. Votaron no nuevamente a temas importantes autonómicos y provinciales. No al juzgado de violencia de género, no al circuito de velocidad en Verín, no al Instituto Termal de Galicia en O Carballiño, no a un plan de mejora de las conexiones ferroviarias de Valdeorras, no a la autovía Lugo-Ourense, no al Cluster del agua con sede en OurenseSiempre no. Su comportamiento reiterado una y mil veces en esta legislatura: no a Ourense.


Muy acertado Alberto Núñez cuando dijo que ‘queda moito país por facer e moito que facer polo país’. Volvió a proponer pactos en cuestiones clave como los presupuestos para el año 2009 o el financiamiento autonómico. Un ofrecimiento que no tendrá respuesta positiva. Otro ‘no’ más. Por eso concluyó una de sus intervenciones con el ya famoso. ‘Grazas por nada, adeus bipartito’. Porque nada hicieron. Nada excepto gastar, gastar y gastar en un montaje propagandístico sin precedentes. Un apunte anecdótico para acabar: el Presidente a quien más diputadosrepresentantes de los gallegosaplaudieron en pié fue el popular Núñez Feijóo. A Touriño sólo se le levantaron los suyos, ante la indiferencia de los nacionalistas. Y Quintana no provocó que nadie, ni los suyos, manifestaran erguidos su aprobación. Un dibujo perfecto de la realidad política de nuestra Galicia.


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