Opinión

Xunta bipartita: asesoralandia

Nunca hubo tantos asesores en la Xunta de Galicia. La respuesta política quizás pudiera ser que nunca antes hubo tantos/as conselleiros/as que necesitaran asesoramiento. Y no debe andar desencaminada esa conclusión. La verdad es que, en el tercer año del bipartito socialista-nacionalista, aquéllos que prometieron iban a reducir mil altos cargos, los números cantan y el de asesores y altos cargos se ha incrementado en medio millar más de los existentes, convirtiendo a Galicia en el reino de los asesores. Por ejemplo Pérez Touriño, boa falta lle farán, tiene setenta y cuatro asesores (74), tantos como once consellerías juntas de la Xunta gobernada por el Partido Popular de Galicia. Cuatrocientos millones anuales de las antiguas pesetas para surtir de ideas al presidente Pérez.


En la Galicia del 25+13 ya se ha hecho célebre la frase ’¿estudas ou asesoras á Xunta?’. Incluso el propio bipartito acabará aprobando un proyecto de ley que regule la creación del colegio oficial de asesores de la Xunta de Galicia, evidentemente con presidencia rotatoria: un año la preside un asesor de una consellería socialista y el siguiente un asesor de un departamento nacionalista. La pregunta, a la vista de las actuaciones del ’gobierno’ autonómico, es si contratan asesores especializados en hacer malos asesoramientos. O si no les hacen caso y por eso se equivocan los del bipartito, razón de más para prescindir de sus servicios. Lo realmente preocupante, y hay ejemplos que lo demuestran, es que estos fichajes empleen su tiempo en no hacer nada. Pero ¿quién asesora al asesor? ¿Hay asesores infalibles? Lamentablemente la realidad objetiva de la Xunta bipartita nos enseña que se prefiere la cantidad a la calidad. No importa el perfil de los asesores, vende el número.


El modelo socialista-nacionalista de la Xunta ha encontrado indudable éxito y seguimiento en los bipartitos a nivel local entre los del partido del puño y la rosa y los del partido de la estrella vermella. En Ourense ciudad, queridos convecinos, no sólo tenemos asesores a tutiplén, también estrenamos este año tres directores generales, tres, dependientes de concejales con ¡dedicación exclusiva!. Dos millones de euros más caro en esta legislatura será el gobierno local, comparado con el ejecutivo popular anterior. Pero el caso de Ribadavia también está en los periódicos: crisis de gobierno única y exclusivamente por dinero. Una crisis que se resolverá, parece ser, con el nombramiento de ¡oh sorpresa!... un asesor.


Entre el enjambre de asesores de socialistas y nacionalistas se echa de menos, de nada por la idea, un asesor especial que aconseje cómo llevarse bien con los socios de gobierno. Un asesor especialista en coordinación entre las dos partes de estos ejecutivos. Un asesor que recomiende cordura, mesura y sentido común. Quedan asesorados.

Te puede interesar