Opinión

Vocación de servir

Vocación de servicio en permanente desafío, un esfuerzo diario en el que cumplir con una de las máximas que hacen del periodismo eje principal de actividad de aquellos a los que ser testigo y relator no es suficiente. Hubo quien, no hace mucho, señalaba que era el periodismo una actividad ingrata por cuanto cada jornada suponía siempre un inicio, un volver sobre nuestros pasos en el que el día anterior poco o nada servía al siguiente. Medias verdades en tiempos en los que, sin embargo, inmediatez e información al minuto son realidades imparables cada vez más demandadas.

Adaptación, necesidad de reinventarse, análisis sosegado y poso de la experiencia; vocación y capacidad de retroalimentarse para ofrecer en cada momento lo que el lector al que sirve demanda, son condicionantes que hacen de la prensa instrumento útil y cercano ante el reto de administrar cercanía, contacto y servicio.

Ryszard Kapuscinski, periodista, escritor, historiador y ensayista; animal de la comunicación en el más amplio sentido del término, decía siempre que el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, ofrece también su explicación y motivos. Kapuscinski daba las claves del periodismo moderno ante el riesgo de caer en la rutina, enemigo de las redacciones modernas y globales. “Aprendemos a escribir con rapidez y corremos el riesgo de estancarnos, quedarnos satisfechos con escribir una noticia en una hora. Ésta es una visión nefasta, el periodismo es un acto de creación”. Como acto de creación, reinventado y con capacidad de aprender y asimilar lo que cien años de vida activa en la sociedad le han regalado, es precisamente como llega este nuevo periódico a su cita. Revestido , limpia la cara, pero con el mismo espíritu, propósito e inquietud que en sus inicios. Como diría Francisco Umbral- ,“el periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto”... y que no deje de hacerlo.

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