Opinión

"Los invisibles"

Me ha impresionado mucho una noticia que probablemente no va a ocupar espacios de portada en ningún periódico. Ni titulares en los telediarios. Resulta que un joven de 20 años ha sido ingresado en estado crítico en la UCI de un hospital de Huesca tras permanecer desmayado ¡más de 36 horas! en los asientos traseros de un autobús que cubre la línea que une la capital de esta provincia aragonesa con la localidad de Sariñena.

El joven que padece diabetes debió desmayarse cuando viajaba y nadie le prestó atención. Nadie reparó en su estado.... o nadie quiso complicarse la vida interesándose por la situación del chico. La familia denunció la desaparición y tras reconstruir sus pasos, un policía dio con el conductor del autobús. Menos más que al chófer se le ocurrió registrar el vehículo. El caso es que el joven está en estado crítico. Sin el continuo y adecuado tratamiento, la diabetes puede cursar de manera letal. Espero que no sea ése el desenlace; que salga de ésta y que estas líneas puedan servir de reflexión por si no estuviéramos ante un caso de mala suerte y sí ante un episodio de omisión de auxilio. Un caso de lo que podríamos llamar la "invisibilidad del otro". Cuantas veces en la calle vemos tirados a individuos -mendigos o no- junto a los que la gente pasa sin prestarles la menor atención.

A veces, sucede con más frecuencia los fines de semana o al día siguiente de una fiesta, si una sale temprano de casa a comprar el periódico no es infrecuente ver a algún joven tumbado en algún banco, víctima de los estragos de algún botellón. El temor a lo desconocido y la arraigada (y por lo general sensata costumbre de evitar complicaciones), nos puede aconsejar que pasemos de largo. Pero hay excepciones.

Y casos. Quiero creer que lo ocurrido con el joven de Huesca es un episodio de mala suerte. Que se desmayó en el asiento y nadie se percató de que necesitaba ayuda. Cualquier otra conjetura, entristece. Sería terrible pensar que alguien se dio cuenta de lo que pasaba y -por insensibilidad o temor-, pasó de largo y bajó del autobús como si tal cosa. Prefiero no pensarlo. Por mal camino iríamos si los "otros" dejaran de contar, si se hicieran "invisibles" por temor a complicarnos la vida.

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