Opinión

AGUIRRE, INSUMISA

Esperanza Aguirre, la presidenta madrileña, ha anunciado su insumisión al Ministerio de Educación por prohibirle contratar profesores nativos de inglés para sus 340 centros públicos de enseñanza primaria y secundaria bilingües.


El Gobierno de su propio partido le exige que coloque profesores españoles, aunque tengan conocimientos y acento deficientes en ese idioma.


Los sindicatos deberían darle las gracias al ministro José Ignacio Wert, porque las huelgas de profesores en Madrid del pasado otoño se declararon, precisamente, porque Aguirre, en lugar de contratar interinos españoles, trajo temporalmente británicos, irlandeses, estadounidenses o canadienses.


Ella dice que hace lo mismo que miles de centros de esas nacionalidades que emplean profesores nativos de habla española para enseñar español.


Y es que muchos profesores españoles de inglés recuerdan a José María Aznar hablando ese idioma, en el que él y los enseñantes tienen un rico vocabulario, pero un acento indescriptible.


En realidad, para la liberal Aguirre estamos en un combate entre la España del funcionariado vitalicio, al que aspiran los interinos, y la exigencia de que los mejores tengan contratos que les obliguen a ganar su puesto diariamente.


Veremos qué ocurrirá en los 340 centros bilingües de primaria y secundaria de Madrid, que el próximo curso serán 376, donde dan un tercio de las materias en inglés.


Quizás los mejores profesores sean los nativos que han pasado pruebas como las de sus países para contratar profesores de español porque, aunque hay magníficos profesores españoles de inglés, demasiados recuerdan a Aznar.


La insumisa presidenta madrileña afirma que si se quiere que los españoles sean bilingües, como ella misma, deben recibir la mejor enseñanza posible, sin atender los intereses creados de los sindicatos de clase, o de la vieja España de los partidos políticos defensora del apolillado funcionariado vitalicio.

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