Ese odioso genocida llamado Ratko Mladic (68), comandante serbobosnio en las guerras balcánicas de los 1990, quiere aparecer ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya, que lo juzga, como una víctima del islamismo nazi de la II Guerra Mundial, del que se vengó como le pedía su 'memoria histórica'.
Porque este monstruo es hijo de un héroe antinazi que había sido asesinado por las brigadas musulmanas de la 13 División de Montaña SS Handschar, de las Waffen SS, de bosnios, albanos y kosovares, organizadas por Amin al-Husayni (1885-1974), miembro de los Hermanos Musulmanes, y tío y tutor de Yasir Arafat (1929-2004).
Toda 'memoria histórica' justiciera es terrible. Si en 1975 en España se hubiera hecho la 'ruptura democrática' contra los rescoldos franquistas que iban apagándose, las venganzas entre unos y otros no hubieran sido menores que las de Mladic. Durante la II Guerra Mundial las SS musulmanas, con ayuda de los Arabishes Freiheirtkorps, asesinaron en grandes matanzas a 200.000 serbios ortodoxos, 22.000 judíos y unos 40.000 gitanos.
Uno de esos asesinados era el padre del todavía bebé Ratko Mladic. Creció con su recuerdo. Sólo disimulaba su odio a los musulmanes obedeciendo lealmente al ejército yugoslavo del serbocroata mariscal Tito, comunista y luchador antinazi. Pero a la muerte del dictador en 1992 comenzaron las guerras civiles con la disolución yugoslava por religiones, nacionalidades, incluso aldeas.
La Haya acusa al terrible Mladic de participar en la matanza de Srebrenica, en julio de 1995, y en el asedio de Sarajevo. En Srebrenica sus serbobosnios asesinaron a unos 8.000 varones musulmanes, incluyendo niños, y violaron a miles de musulmanas: decían vengar a sus antepasados.
Terrible 'memoria histórica', sí. La paz necesita varias generaciones, también en España. Despertar asesinados tras décadas de paz despierta venganza y maldad. Véase a Mladic.
