Opinión

Alargar el sainete

Habrá, según cuentan los periódicos, nueva cita entre los gobiernos de España y Cataluña para acabar de limar asperezas que le permitan a Sánchez acabar sin más sobresaltos la legislatura. Hasta la fecha y desde que se estipuló la necesidad de mantener una reunión que acercara posturas entre ambas administraciones, al menos se contabilizan tres encuentros ninguno de los cuales parece haber dado un fruto satisfactorio al menos para Cataluña, que sigue en el empeño aparentemente imposible de hacer legal un ilegal referéndum. Pere Aragonés está en las mismas posturas de sus antecesores y no ha variado ni un ápice su interpretación de los hechos. Es más, ahora busca una nueva merced del Gobierno español. Que se condenen todos los delitos cometidos por Puigdemont y se le permita volver a casa. Como quiera que a Sánchez lo único que le interesa es mantenerse en Moncloa hasta que lo echen de allí las urnas o una crisis completa, podemos asistir a concesiones inimaginables. La presión de los nacionalistas catalanes ha dado como resultado por el momento un indulto masivo y la defenestración de la directora del CNI, triunfos que valen la prolongación artificial de un “sanchismo” que improvisa sobre la marcha y aguanta lo que sea menester aunque las exigencias nacionalistas no se detengan porque si se detienen mueren. Desde que Sánchez y el independentismo convinieron una mesa de negociación que culminó en un primer encuentro en 2015, ha existido otra cita reciente en Barcelona que se zanjó aparentemente sin resultado alguno antes incluso de que viniera Pegasus a liarlo un poco más todo. Muchos entre los que me encuentro, sospechamos que todo esto forma parte de un insufrible sainete cuya única pretensión es ganar tiempo. Tiempo para el presidente Sánchez y su fórmula de gobierno, maltrecha pero aún capaz de repartir sueldos, mercedes y prebendas. Y  tiempo para la Generalitat, arruinada, políticamente quebrada, sumida en un caos político y perdiendo arraigos y confianza entre sus bases de siempre. A los dos les viene bien anestesiar el procedimiento y darle largas eternamente. Y mientras la obra teatral siga en cartel, todos seguirán beneficiándose. Por tanto, lo más rentable es alargar hasta donde se puedan las representaciones de este sainete. El dinero, por si alguien lo ha olvidado, lo ponemos todos los españoles.

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