Opinión

Cría cuervos

Dicen algunas voces amigas desde Madrid que por muy complaciente y generoso que esté dispuesto a comportarse Tezanos a los mandos del CIS, Sánchez ya no se fía de sus encuestas  amigas y sospecha que le están timando. Para colmo de males, las recomendaciones que le hicieron llegar los expertos de Moncloa para que se mostrara antipático y crítico con el sector financiero han acabado cayéndole encima de tal suerte que no ha tenido más remedio que recoger la vela y corregir sobre la marcha el discurso elaborado para equiparar a los dirigentes de la gran banca con la derechona y meterla en el mismo saco sin fondo que todo lo abarca para los asesores del presidente: desde Feijoo a Olona, los ricos, el rey emérito, la Bolsa, Putin, la prensa conservadora, Carlos Lesmes y el palco del Real Madrid. A Feijoo se le llama vago y errático desde el poder, a Olona se le monta una escena de acoso y derribo en Granada, al rey emérito se le ha querido prohibir su asistencia a los funerales de Isabel II a pesar de estar invitado por la Corona británica como familiar de la difunta, a Lesmes se le ha acosado y amenazado, pero con Florentino no se puede. Mientras el Madrid siga ganando partidos hacer de él un enemigo político a perseguir es arriesgado y poco rentable aunque siempre se puede utilizar el recurso de que Ayuso es madridista.

La estrategia global tiene por tanto múltiples  aristas, y de hecho por Ferraz circula según me dicen, la especie de que como Sánchez indulte a Griñán algunos rostros muy conocidos e históricos de la casa se dan el piro. No tendría nada de particular, y cabe incluso la posibilidad de que el presidente esté reconsiderando la situación y calculando su coste político. Cuando se crían cuervos hay muchas posibilidades de que al paso del tiempo te piquen y eso le está ocurriendo al presidente con algunas de sus apuestas más arriesgadas. Rubiales por ejemplo, que sentaron en la poltrona de la RFEF los fontaneros de la Moncloa no da otra cosa que disgustos, y ahora el Gobierno se ha puesto de perfil con las declaraciones de su tío y colaborador necesario, que le acusa de organizar orgías con el dinero federativo. El muerto lo tiene sobre la mesa José Manuel Franco y no sabe qué hacer con él.

El retrogusto del caso Griñán tampoco augura bonanza. Uno de los condenados a prisión en este contubernio acaba de alzar el brazo y decir qué hay de lo mío. O sea, pedir que lo indulten también porque tiene según él, el mismo derecho a salir libre a golpe de decretazo que el ex presidente. Y a lo mejor, es cierto.

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