Opinión

La puesta de largo

La vicepresidenta del Gobierno y ministra Yolanda Díaz, ha decidido tergiversar las reglas del juego político y convertirse en oposición del Gobierno del que forma parte, presentando un nuevo partido político bajo la apariencia de una plataforma de naturaleza dudosa y presencia indescifrable con la que pretende  desarrollar una estrategia cuya  primera intención es combatir las intenciones de la alianza en la que se integra como componente de una de las fracciones del pacto. La  situación no solo es grotesca sino que tiene aspecto y sabor de sabotaje. Yolanda Díaz  sospecha y así lo proclama en el acto de presentación, que las actuaciones del Gobierno en el que gobierna no hacen feliz a la gente y por tanto, se propone  enmendar esta situación lanzando al éter medidas que equilibren esta sensación de infelicidad que detecta en el administrado. El disparate ideado por una vicepresidenta de la Corona llega a límites insospechados y plantea poner en marcha cuestiones que ofrezcan felicidad como si las actuaciones del Gobierno del que forma parte fueran canciones de los Beatles –una universidad norteamericana resolvió que “Tell me why” era la canción que transmitía más optimismo en la historia del pop del siglo XX- que ofrecían alegría y buen humor al público asistente.

La quintaesencia de este ininteligible dislate la ha aportado la propia creadora de este paradójico proyecto cuando ha manifestado que era “la puesta de largo de una nueva propuesta política”. Una militante comunista introduciendo el concepto de “puesta de largo” que no puede sonar a más viejuno y más burgués representa la culminación del desconcierto. El problema es que ya no hay nada ni nadie que nos sorprenda. Es evidente que tras la presentación –cinco mil personas estuvieron en el evento según las fuentes oficiales, aunque las oficiosas no cuenta más de mil y pico- se adivina un nuevo partido político que divida en lugar de sumar. Díaz dice que la coalición no peligra pero semejante  aseveración suena a todo lo contrario.

Podemos está roto, el pacto de Gobierno también lo está, y ahora toca buscarse la vida en situaciones más confortables. Si el nuevo partido de la vicepresidenta del Gobierno aparece tras las elecciones andaluzas por algo será, digo yo. La gallega quiere volar sola. Otra cosa es saber si puede.

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