Opinión

Lo malo de ser sectario

Preguntado sobre qué le parecieron los Goya, José Luis Garci dijo que no los había visto porque jugaba el Sporting de Gijón. Todos sabemos lo hincha que es Garci de este equipo tan histórico y tan simpático, pero sospecho que si Garci se llevara bien con la Academia de Cine y desde ella le tuvieran el respeto que merece, no solo habría visto su entrega por la televisión sino que habría asistido a la gala. Su desinterés solemne no hace otra cosa que ratificar la creencia de que en el mundo del cine como en muchos otros por desgracia, hay dos fracciones igualmente desavenidas al estilo de las que hay en el estamento judicial, entre los músicos o entre los periodistas por ejemplo.

El problema de que en el mundo del cine existan dos bandos que se llevan a matar es que la producción cinematográfica que se obtenga en esta situación partida depende básicamente de quien gane, un problema muy grave en el desarrollo de la industria cinematográfica cada vez más inclinada por el sectarismo. De hecho, y ante las dificultades para hacer películas, a José Luis Garci a estas alturas de su carrera le ha dado asilo el teatro y ahí le tienen ustedes dirigiendo dos futuros estrenos de los escenarios ahora que la propia Academia le ha negado el pan y la sal y las posibilidades de hacerse un hueco entre los que tienen carta para filmar están más complicadas.

El sectarismo, venga de donde venga, es uno de los vicios más repulsivos del ser humano y además de apostar por la incomprensión y la injusticia, embrutece. Véanlo por ejemplo en la utilización de una oración como el Padrenuestro con un texto de potente contenido sexual amparado nada menos que por la alcaldesa de Barcelona. Es una idea viejísima esa de ponerle al Padrenuestro otro texto del que lleva de suyo, aunque pocas veces se ha usado para soportar una letanía tan hiriente y salvaje como la que Colau ha dado por buena. En todo caso, la idea no es muy original que digamos, demuestra muy poco talento, es repugnantemente bruta, inculta y además, sectaria. Las cosas como son, a mí me da un poco de miedo esto, pero yo ya soy viejo y me asusto de cualquier cosa.

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