Opinión

Ciertas curiosidades

Mientras el humano anda en sus luchas, sus dudas, sus miedos y preocupaciones, sin saber en ocasiones cómo resolver sus problemas, la naturaleza, al margen de él, ayuda, piensa y  actúa. Mientras el humano cree ser único en poseer inteligencia, la naturaleza, al margen de él, en silencio y anonimato, demuestra que sabe tanto o más, y que es capaz de solucionar los suyos. Ejemplos sobran, y aunque el humano fabrique ingenios que pone en circulación a nivel mundial mediante propagandas millonarias, la naturaleza en su sencillez, no se para en grandes aventuras, pero llega a la misma conclusión que él. Impresiona ver cómo un cuervo echa piedras en el interior de una botella, para que el líquido suba, y así poder acceder al agua con el pico. Lo que sea para calmar la sed. 

Y lo que sea, es poner en funcionamiento el sistema que cualquier humano utilizaría para jugar. ¿Jugaba el cuervo? Se sabía que estas aves eran inteligentes, pero ahora se ha demostrado que lo son mucho más de aquello que se les atribuía. Nieder, y otros científicos apoyan la idea de que el cerebro de las aves puede llegar a un desarrollo muy superior. Y permítanme que aquí cite a Hitchcock, y su famosa película “Los pájaros”. Por favor, queridos lectores, contengan ese conato de escalofrío. Todo está bien y aquello era pura ficción. ¿Ficción? Bueno, dejémoslo así.

A mayores, si esto no fuese suficientemente extraordinario, los árboles también asombran cada vez más al personal. Ellos aplican cuidados paliativos a los “árboles zombis”, algo que demuestra ser un auténtico misterio. La noticia da cuenta de que, “La ecologista forestal estadounidense Suzanne Simard ha demostrado que los árboles se envían señales entre sí a través de hongos enterrados entre sus raíces”. O sea, una conexión subterránea de primera línea, perfecta, sin cables ni aparatos. De este modo y a través de sus mismas raíces, alimentan las de otros árboles que, por una u otra razón, pierden las hojas, las ramas y en muchos casos la mayor parte de su tronco. Por lo tanto, los tocones, debido a esa ayuda, sobreviven. Una de las muestras más patentes, es un tocón de kauri, “mantenido vivo por sus vecinos del bosque”, tal y como informa “The Conversation”. El mundo está lleno de rarezas, misterios y maravillas, que se evidencian gracias a los amantes de todo lo que nos rodea.

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