Como todos ustedes saben queridos lectores, en muchos de los escudos nobiliarios figura el león. El león es ese magnífico animal de melena frondosa, llamado rey de la selva, que despierta la admiración de quien lo ve en libertad, y la pena de quien lo contempla cautivo. El león es el emblema en este caso del Reino Unido, como símbolo de la unión de los países que lo forman. Cada nación luce el suyo con imágenes de los reinos animal o vegetal indistintamente, menos China, que ostenta el dragón, ser imaginario de garras y colmillos amenazadores, pero espléndido en su fiero perfil de colores brillantes.
Pero volvamos al león que no solo es figura en los escudos, sino que su significado de dignidad y fuerza, es protagonista importante en la simbología de la historia humana, lo que no impidió nunca ser cazado por placer, o para convertirlo en moneda de cambio en negocios bárbaros. En otro sentido puede decirse que toma carta de naturaleza en el Libro del Génesis, en la Biblia. Los primeros cristianos lo consideraban especialmente como indicación. En el antiguo Egipto la diosa Sejmet tenía cabeza de león, y los frigios representaban a Cibeles llevada en carro tirado por leones. En el centro de Madrid, la tenemos en la plaza a la que da su nombre. Allí, la diosa entre todas las diosas, se nos muestra en todo su esplendor en una monumental y artística fuente, ahora punto de encuentro de forofos del futbol que celebran el triunfo de su equipo favorito.
En el museo del Louvre, se puede documentar uno sobre el importantísimo culto que daban los persas al león como ente sagrado. Al margen del dragón, también en la cultura china el león simboliza la protección, por eso sitúan sus esculturas a la entrada de los templos, para impedir que pasen las energías negativas. Podríamos seguir escribiendo durante días sobre lo que representa este hermoso animal en cualquiera de los diferentes pueblos, culturas y religiones. Pero como simboliza la prudencia y el equilibrio, mientras su compañera, la leona, es inspiración de la reconstrucción del destino, bueno es no saturarles hoy con el tema. De interesarles, proseguiremos otro día. Merece la pena. Cómo la merece reflexionar en como una naturaleza tan poderosa, cuyos parientes cercanos son el leopardo, el tigre y el jaguar, inspire tanta ternura al verlo jugar con sus retoños.
