Opinión

Mafalda Soto Valdés

Toda sociedad necesita héroes. Son referencia necesaria, ejemplos en los que mirarse, figuras a las que seguir por su comportamiento y calidad humana. Se viven tiempos en los que se suceden las cosas tan deprisa que no hay lugar para saber siquiera quiénes somos, ni de dónde venimos. Se ignora la historia que nos trajo hasta aquí, se ignora a aquellos que hicieron los pueblos, y por tanto somos huérfanos de algo tan imprescindible para recorrer el camino hacia adelante con cierta seguridad. Hay héroes ahora, claro que los hay, todo aquel que se sacrifica por los demás.

Mujeres y hombres sin distinción, jalonan su vida de sacrificios por los suyos y los ajenos, pero son héroes anónimos, no sabemos de ellos y no podemos pararnos y mirar. De hecho, en el momento en que faltan, o quedan ocultos, se imaginan y se crean. Por eso el mundo se mueve a través de las artes con héroes ficticios, poseedores de poderes sobrenaturales que actúan denodadamente en épicas urbanas que luchan contra el mal, que es la propia vida dividida entre la luz y la sombra. Pero esos héroes solo sirven para el corto tiempo que dura su aventura, aunque también perpetuán la idea del que se entrega a una causa noble. Y si a causas nobles nos referimos, tenemos que destacar entre otras personas de bien, a una mujer de la cual hemos tenido noticia. Ella es Mafalda Soto Valdés, una gallega cuyo tiempo, sabiduría, medios y corazón, los dedica a una causa que supone una inmensa tragedia para la gente albina que sufre maltrato y asesinatos en el continente africano. ¿Quiénes han pensado alguna vez en la gente albina?

Este ha sido desde siempre un problema olvidado. Mafalda, consciente de esta problemática, asumió como actividad primordial la mejora de la calidad de vida de estas personas en África, y es cofundadora, directora y líder del proyecto “Beyond Suncare”, para proteger a esa pequeña población que pasa desapercibida para la gran mayoría. Mafalda es Licenciada en Farmacia y Máster en Medicina Tropical y Salud Internacional. Pero, ¿qué distingue a un albino, caso que se da en personas, animales y plantas? La RAE lo define como, “La ausencia congénita de pigmentación por lo que su piel, pelo, iris, plumas, flores, etc., son más o menos blancos a diferencia de los colores propios de su especie, variedad o raza…”. ¿Diferentes? No. Personas.

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