Opinión

Paradigma de lealtad

Cada lugar, cada país, cada pueblo, por muy pequeño que sea, tiene historias que trascienden el tiempo. Generalmente sus protagonistas son gentes sencillas y muy sencillas las genealogías. Sin embargo los frutos se mantienen frescos y dejan, podríamos decir, una huella indeleble. Los hay curiosos, interesantes, importantes, positivos y negativos, horrendos y preciosos, pero todos se asientan en hechos verídicos a los que la tradición popular les da forma y los consolida como parte inherente del devenir. Y lo que es más, son como ejemplos pedagógicos en forma de metáforas que recorren el mundo. Así tenemos que un mismo caso puede situarse en los anales de cualquier lugar, porque el ser humano, sus actos y consecuencias son iguales o muy parecidas en cualquier sitio.

Los hay para todos los gustos, pero para los que se decantan por aquellas historias y mitos más humanos, encontraran la aportación de animales que pasan a ser actores de muchos de ellos. Ahí tenemos el perro de San Roque. Un ejemplo paradigmático de lealtad. ¿Qué pasaba con ese animalito que figura siempre junto al santo? En este caso cuenta la tradición que este perrillo, llegaba a robar los panecillos de la mesa de su amo, para llevárselos todos los días al santo, ermitaño de origen francés del siglo XIV, víctima de la peste y carente de todo bien. Esto era así, porque sus padres hicieron promesa de donar todo su patrimonio a los más necesitados si Dios les concedía tener un hijo. Y se les concedió, y nació Roch de Montpelier, luego San Roque para el mundo devoto.

Se cuenta que el santo curó de su enfermedad, y también que el perro lamía sus heridas, convertido en compañero fiel que le ayudaba y aliviaba su mal. San Roque quedó como patrón de los peregrinos y de los afectados por epidemias, pero siempre con aquel amigo inseparable. También se dice que el perro carecía de rabo, debido a la peste que aquejaba a la época y a él mismo. Ahora cabe la pregunta ¿por qué el perro empezó a ayudar a San Roque? ¿Qué es lo que tienen algunas personas que los animales sienten hacia ellas ese cariño, desde el primer momento en que las ven? El animal callejero se acerca y camina junto a ellas como si las eligiesen para ser su servidor sin sueldo ni más bien que su compañía humana. ¿Queridos lectores, les ha pasado alguna vez? Créanme, son casos verídicos.

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