Parece ser que no es solo el ser humano el que logra los grandes avances para progresar. Uno de ellos ha sido la creación de las nuevas tecnologías que podrían facilitar una mayor, mejor y fluida comunicación. Cosa que al parecer se ha demostrado que no sirven para mucho ya que se puede decir que cada vez el mundo se comunica menos entre sí. Estamos en una perfecta confusión. Por lo pronto hablar, hoy significa hacer un esfuerzo supremo, y tener muchas ganas. A no ser, claro, a través de las “maquinillas” pulsadas por los dedos de los cuales ya son prolongaciones, o al revés. ¿Son los dedos prolongaciones de las “maquinillas”? Luego están las mascarillas que impiden respirar bien, y por tanto, es casi imposible mantener una conversación con sabe quién, porque no le ve la cara.
O sea, que el humano, entre pitos y flautas, la mascarilla, y el poco vocabulario que utiliza ahora, va a llegar a no poder entenderse. Pero como dice el saber popular “siempre hay un roto para un descosido”. O sea, que no hay que desesperar. Para remediar esta ruina del lenguaje oral, y la catastrófica escritura, urge buscar quien pueda devolver las aguas a su cauce. Y aquí, queridos lectores, entran, con todo derecho, nuestros hermanos, los simios. Esos que, a pesar de creerse siempre que quedaron atrás, hoy se sabe que son capaces de organizarse socialmente, crear sistemas complejos de supervivencia, defender al grupo de enemigos, y enterrar a sus muertos.
Clickhole, informa sobre los últimos descubrimientos de un grupo de biólogos de la Universidad de Stanford, California, Estados Unidos, sobre los gorilas, chimpancés y otros especímenes de la familia de los simios, en los que encontraron, que además de ser criaturas magníficas, son muy perceptivos y valoran su propia inteligencia. Por todo lo descubierto, aseguran que los simios, con un esfuerzo, si no fueran tan vagos, podrían llegar a hablar el lenguaje humano, ya que al parecer, lo han venido haciendo, a medias, durante toda la vida. Lo cual, que con el tiempo, si no se recogen velas, es posible que esté cerca el enésimo planeta de los simios, pero esta vez, en la vida real. Y muy posiblemente lo dirijan mejor, aunque bien mirado, siendo inteligentes como son, y además perezosos, se lo pensarán mucho, porque en boca cerrada no entran moscas, y ellos, prefieren los plátanos.
