Opinión

Alma de artista

Y a ha llegado ella, la diosa de la luz, primavera, y ellos, Platero, desprenden ahora como rayos, una a una sus pompas de fantasía. ¡Los niños, Platero, los niños! ¿Recuerdas? Ellos son nuestra salvación, nuestro refugio, siempre manando agua limpia de lo más hondo de su corazón puro. ¡Divina infancia, burrito mío, divino paraíso! Ahí los tienes: juegan a ser piratas y hadas, tiburones o tigres, elefantes y payasos, princesas y sirenas, peces de sus mares sin confín. Y tú y yo les seguimos, corremos tras ellos y copiamos su gesto, hasta que nos sentimos invadidos por su alegre trotar, entonces tú galopas y yo me siento y me recreo en el verso más hermoso que conozco. ¡Que te pillan, Platero que te pillan! ¿Pero qué te pasa, burrito saltarín? ¡No pongas esa cara! ¿Cómo van a comerte? ¿Que son leones feroces? No te asustes, pequeño, ya verás como viendo tu cara de miedo deciden convertirse en animales más mansos. ¿Lo ves?, al saber que te asustabas han cambiado sus graves gruñidos en suaves cantos de pajarillos.


Míralos Platero, ya no son feroces ni gruñones, ahora son, por ti, amorosos animalillos de pluma y viento, fíjate si te quieren que se mecen en el suave baile de una mariposa para verte sonreír. Juega con ellos Platero y déjate acariciar por sus manos de algodón. Y su alma de artistas, esa sí que es primavera.



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