Arrecia el debate sobre la Agencia Estatal de supervisión de la Inteligencia Artificial (IA), a cuya acogida aspira nuestra ciudad, compitiendo, dentro de Galicia, con Santiago y A Coruña. Es inminente el informe de la Xunta para apoyar la idoneidad de una o de las tres posibles candidaturas, el cual debe, en el segundo caso, priorizar las solicitudes recibidas. Puede incluso que, en el día de hoy, su contenido ya se haya hecho público.
Escasas son las ocasiones donde se genera en Ourense consenso unánime sobre una propuesta que, de ese modo, logre envolver bajo la misma bandera a grupos políticos con ideas contrarias y encontradas, plataformas cívicas e instituciones públicas -como la Universidad-, además de la iniciativa privada e incluso la propia ciudadanía de a pie. Éste es uno de esos raros casos de confluencia de opinión.
Quizás el público ourensano que haya oído hablar en general del asunto desconozca ciertos detalles que convendría tener muy en cuenta a la hora de seleccionar -o de priorizar, en su caso- nuestra candidatura. De hecho, figuran muy claramente en la Orden de 4 de octubre, recogida en el BOE del día siguiente. No está de más advertir que son los que debe manejar el Gobierno central para tomar su decisión.
La Comisión Consultiva, en el texto que incluye la Orden, alude al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; en concreto, a la sexta de sus diez políticas palanca (el Pacto por la Ciencia y la Innovación). Allí se inserta la Estrategia Nacional de IA, cuyos objetivos debe contribuir a cumplir la Agencia, siendo -dice la Comisión- “aconsejable una designación previa de su sede, que deberá escogerse teniendo en cuenta estos objetivos”.
Entre ellos -aparte de los genéricos para alcanzar un liderazgo en el sector-, por un lado, en especial, destaca la apuesta por la vertebración territorial (reiterada dos veces). Con coherencia, entre los criterios que se tendrán en cuenta para fijar la sede de la Agencia, la Comisión señala “la cohesión social y territorial, la mejora en el funcionamiento de los servicios públicos, los niveles de desempleo y la lucha contra la despoblación”.
Por otro lado, insisten los objetivos de la Estrategia Nacional en el carácter transversal de la IA. Además, en su Resolución sobre IA en la era digital, de 3 de mayo de 2022, el Parlamento Europeo afirma que la revolución actual “se caracteriza por su escala mundial, su rápida convergencia y el enorme impacto de los nuevos avances tecnológicos en los países, las economías, las sociedades, las relaciones internacionales y el medio ambiente”.
De ahí que, entre los criterios adoptados por la Comisión, figure “la existencia de un ecosistema universitario, tanto de formación como de investigación relacionado con la Inteligencia artificial”; es decir, un conjunto de disciplinas (de la propia IA a la informática; de las relaciones internacionales al medio ambiente; de la ingeniería al derecho o la economía) y de profesionales con dedicación a ellas, como hay en nuestro Campus.
Al acrónimo de la Agencia solo le falta OU para tener las cinco vocales. Con las infraestructuras -el edificio de La Molinera- y las comunicaciones precisas -un AVE que conecta en poco más de dos horas con Madrid-, la ciudad cumple uno por uno con todos los criterios exigidos. Esperemos una decidida apuesta por ligar el futuro ourensano a la inteligencia artificial, pues, por desgracia, bien servidos estamos de su opuesto, la estulticia natural.
