Opinión

DECEPCIÓN

No conozco personalmente a David F., el diputado de AGE que ahora parece serlo más por una alternativa danesa que galega, pero todos conocemos su caso. Y es que siendo diputado en el Hórreo se fue con la Sirena al encontrar trabajo en Copenhague que no dudó en aceptar aún a costa de romper su compromiso parlamentario. Sin duda, me imagino, por creer más en un futuro mejor para sí, lejos del nublado económico que sobrevuela nuestro paisaje. Para alguno habrá supuesto su decisión cierta traición o, al menos, ligereza de afecto a la tierra, pero en cualquier caso para mi es mejor y más noble romper una declaración de amor que no hacerlo al tiempo que se pone los cuernos con otra; eso sí, queda el mosqueo y la sospecha de que hubiera verdadera franqueza en el cargo electo dada la alternativa del paro.


Por otro lado, vamos a ser positivos, y mucho mejor pensar que, ¡por fin!, alguien tenía lo que hay que tener al renunciar al privilegio de un buen puesto (4.811,25? mensuales con kilometraje y gastos de telefonía al margen y con el 53,8% de ellos exentos de impuestos, tal como es hasta enero próximo), por simple coherencia personal y laboral, cuestión muy importante en este mundo de castas, cestas y pastas. Por este 'principio' que declaró el diputado al principio del caso hasta sentí cierta admiración, por constatar que también en España puede haber alguien que dimite y renuncia al escaño por su propia cuenta, y no pasa nada.


Pero, claramente, no había echado bien la cuenta, sin duda porque el cuento no había acabado y aquí llega la gran decepción por David, por haberse pasado posteriormente a otro bando que lo convirtió en un filisteo más de la corte partitocrática y mamoneo político. Ha dejado allá sus primeras intenciones, junto a épica onda, para aquí seguir bailándole las aguas a Goliat Beiras; y eso a costa de su voluntad primera, principios o el principio de esta historia. Y donde dije digo, digo Diego o David, o lo que es lo mismo, ¡que no dimito!


El colmo de la decepción va en la línea de que a día de hoy, ya trasladado al país extranjero el señor diputado, todavía no ha comunicado oficialmente su nuevo empleo remunerado fuera del hemiciclo que le reduce la cuantía que recibe de la Cámara a 2.349,31? ¡que ya está bien!. Que tampoco lo haya hecho su grupo (que a lo largo de este artículo fue perdiendo lo de Alternativa y Gallega) indica que ya ni Esquerda. Así, de esta manera, AGE=Nada.


Lo que está claro es que hay que tomar medidas para que no siga estando secuestrada la democracia por partidos sin demócratas, que negocian entre bastidores tejemanejes infumables para la mayor transparencia de las listas de sus representantes públicos, a espaldas de sus potenciales votantes e incluso de sus propios seguidores. También debiera corregirse de inmediato el hecho de que los diputados no tengan que asistir físicamente a su despacho en el Parlamento como cualquier otro trabajador lo hace en su empresa o función pública, al menos lo suficiente y necesario para evitar casos como éste que resulta un insulto a la lógica representatividad de la gente adscrita a una tierra y parlamento.

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