En anaquiños de papel
Galicia en anaquiños de papel es el título de un libro que ya tengo en mis manos. Un libro que conocí sin coser y que hoy considero tan mío como si lo hubiera escrito, pues, además de ser de gran amigo, Arturo Rodríguez Vispo, también porque viví muy personalmente la faena del retraso que supuso el que lo hubiera retenido durante cuatro años el Consello da Cultura Galega en su vientre de alquiler, y que al final ni fue vientre ni fue nada para darlo a luz, y eso pese a haber un compromiso verbal para editarlo. Frente al vivo interés del ourensano y también miembro del Consello, Iago Seara, faltó el compromiso y apechugar con lo dicho del presidente Villares, hombre de nuestra cultura, que actuó de manera poco presentable con el autor, al no recibirlo siquiera personalmente para darle una mínima explicación; tal como si a un hijo de esta naturaleza, parido con gran esfuerzo y delicadeza, no se le diera ningún valor por no estar firmado por la cultura oficial, cultura soy yo (pensará preboste). El desprecio al trabajo bien hecho cuando no es rubricado por alguien importante a juicio de determinada escala de estatus que la autopropaga (la importancia), para mí es reprobable desde lo personal, e injusto en lo cultural, así que, cuando paso mis dedos por las páginas editadas del nuevo libro es como si estuvieran dando coscorrones al mismo tiempo al que se equivocó en el juicio de un producto digno de editarse con todo lujo, y que pronto cualquiera de ustedes podrá juzgar al presentarse en sociedad, muy próximamente. ¡Vaya oportunidad perdida la de haber podido publicar algo realmente interesante!, pues si a la propia colección de sellos que da lugar a una filatélica mirada original sobre Galicia, se añade la cantidad de ilustres articulistas, dibujantes o artistas, que colaboran en el enriquecimiento de esta obra, no podemos dejar de pensar que se ha perdido tal oportunidad de intervenir en algo que merece la pena y es de alcance. Así lo entendió, por el contrario, el Consello Social de la Universidad Sur y su presidente especialmente, Emilio Atrio, que colaboró extraordinariamente para que el trabajo exigente y meticuloso de Arturo a lo largo de varios años (superior a diez) saliera a la luz y mostrara la participación directa e inédita para la ocasión de personajes tan importantes como Torrente Ballester, Camilo José Cela o poeta Tovar, por hablar tan solo de algunos ya muertos; interesantísimo el artículo sobre Franco de Elena Ochoa.
En palabras del mismo señor Atrio, Galicia en anaquiños de papel es saber y es conocimiento; es amor a Galicia y a la tolerancia de sus gentes, y muchas cosas más que cada quien descubrirá al leerlo. Mi enhorabuena más sincera a Arturo. Mi aplauso a su patrocinio; simplemente porque lo vale.
Hai que roelo
Este lema de una época gloriosa del Pontevedra Club de Fútbol lo repetirá a partir de ahora el grande -2,05- de otra época gloriosa, pero en este caso de baloncesto ourensano, Fran Crujeiras, pues ha sido fichado para esta temporada por Nino Mirón como director general del club reseñado. Yo no sé si sabrá de fútbol o no, aunque ya lo fue, director, del club futbol Jaén, pero lo que sí sé es que ya vive en la ciudad del Lérez. Y hablando de la ciudad de Pontevedra, el otro día, paseando, me encontré a Valle Inclán, de pie, a estatura real, en cuerpo de bronce imperecedero; le pasé un brazo por encima de su hombro, cual Max Estrella lo pasaría a la noche. Se dejó, pasando de molestarse, pero me preguntó por otro bronce de insigne en Ourense, el del patriarca Otero, que no se deja abrazar igual porque lo subieron a un pedestal en rincón poco visitado, sobre todo, entonces, antes de arreglar el casco histórico. Ojalá algún día lo bajen y lo sitúen en medio del Paseo, o al lado del Principal, cerca de su casa, a fin de poderlo abrazar como se hace con otros, y en este caso al propio D. Ramón María. Pero la cosa iba de fútbol, y completémosla; porque si sumamos a Crujeiras, José Ricardo Fernández como delegado en el Celta, tenemos a ourensanos, de nacimiento o adopción, trabajando en el mejor fútbol de la provincia aneja. Curioso, no extraño, no que va.
Un dato curioso
Hoy he hojeado en una cafetería el sedicepecadonopecador, y me llamó la atención la casi nula publicidad con que cuenta; faldón de Caixanova, otro de Caixagalicia (¡las Fundaciones siempre en ayuda del necesitado!) y una hoja de diario deportivo, por junto. No sé cuántos compradores y suscriptores tendrá, pero ¿se puede mantener una empresa así? Mucho me temo que tan sólo con demasiado mecenazgo; ¿para pocas nueces?
