Opinión

LOS TUITS DE RAJOY

No sé si habrán caído en la cuenta pero, desde que ganara las elecciones generales, Mariano Rajoy no ha vuelto a hablar en público. Han pasado ya casi dos semanas desde que se dirigiera a sus seguidores desde el balcón de la calle Génova y, desde entonces, el futuro presidente del Gobierno no ha dicho esta boca es mía. Puede que ese silencio obedezca a esa prudencia que tanto alaban sus partidarios como critican sus detractores. O puede que sea simplemente la manifestación de su voluntad de respetar los tiempos y de no obrar como presidente antes de que el Congreso de los Diputados lo haya votado como tal.


De hecho, Rajoy sólo ha roto ese mutismo en dos ocasiones y en ambas ha sido a través de twitter, la red social en la que se estrenó en vísperas de la campaña electoral y en la que él también está obligado, como cualquier otro usuario, a expresarse en un espacio muy limitado. No en vano si en democracia decimos aquello de que 'un hombre o una mujer, un voto', en twitter podríamos decir 'un mensaje, 140 caracteres'. Sin excepciones. Ni siquiera cuando uno está llamado a presidir el próximo Gobierno y se le supone tanto que decir.


En todo caso, es curioso que Rajoy haya echado mano de twitter para dirigirse a los ciudadanos y ello por dos motivos. De una parte, porque quizá sea un síntoma más del protagonismo de las redes sociales en la vida política y de las posibilidades que ofrecen a gobernantes y gobernados para interactuar de un modo más ágil, despojado de formalidades e intermediarios. De otra parte, porque puede ser un indicio más de su afán de austeridad, ese término que va camino de ser 'trending topic' o, en román paladino, 'tema de moda', no sólo en twitter sino en la legislatura que se avecina.


A propósito de esto último, da la impresión de que Rajoy quisiera ahorrar incluso palabras. Algo que, en sí mismo, no es ni bueno, ni malo. Tan sólo atípico. Ya lo dijo Evaristo Acevedo: 'Sólo nos damos cuenta del valor del idioma cuando debemos escribir un telegrama'. Si el escritor viviese en nuestros días, tendría que haber añadido: 'O un sms o un tuit'. Y es que en esos casos da lo mismo que uno sea una estrella del pop, un estudiante de secundaria o el futuro presidente del Gobierno: sólo dispone de 140 caracteres.

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