Opinión

Las enfermedades del hombre

Todos los humanos estamos afectados por una serie de dolencias más o menos importantes que nos acompañan desde el día en que nos dieron la salida en esta carrera de la vida;  si no es la cabeza, es el corazón o las transmisiones; si no es la columna, son los brazos o los pies y  si no son las arterias, son los pulmones o las articulaciones, pero siempre hay algo, un síntoma, una señal de alarma en forma de dolor, fiebre, cansancio o tal vez alguna anomalía detectada en el último análisis de sangre o de otros fluidos.

Hay enfermedades específicas del género femenino y otras del masculino, unas tienen tratamiento más o menos eficaz, algunas se pueden operar y otras no tienen solución, mejor dicho, no tienen más solución que la que proporcionará la llegada de la muerte. Con permiso de los psiquiatras,( esto de no tener ni idea tiene estas cosas) , dentro de este grupo de averías que de momento no son operables, que yo sepa, están las enfermedades mentales; aunque en principio pueden afectar a ambos géneros, tendremos que reconocer que hay algunas que únicamente las padecen los hombres. Cuando un señor de 73 años, como sucedía hace algunas días, se pelea por llevarse a una niña de 8 a su caravana para no sé que cosa, es que está enfermo, muy enfermo, tío; cuando un profesor, cura, médico o lo que sea, abusando de las funciones de su cargo,  se dedica a fotografiar a niños y niñas de 2, 5 o 10 años es que está tocado del ala;  cuando un bruto y analfabeto energúmeno puede secuestrar durante semanas a una mujer, es que está mal de la cabeza;  cuando tres o cuatro jóvenes, incluso adolescentes, se ponen de acuerdo para violar a una niña en un trastero, en lugar de hacerse, solos o en manada, una socorrida, asequible, sencilla, higiénica  y práctica paja, (*) nos indica que algunos elementos masculinos, jóvenes o viejos, están afectados por una triste enfermedad, síndrome o complejo que los convierte en unos seres despreciables.

En otro orden de cosas, vemos a través de la historia que,  cuando un dirigente de un país o de una comunidad comete un gran desbarre dejando trágicas consecuencias para la humanidad, comprobamos que han estado protagonizados, casi en exclusiva, por hombres, creo que no hace falta enumerar países ni mandatarios, los recordamos todos. Por eso yo tengo predilección por votar a las mujeres; me da igual que sea para elegir la presidencia de una comunidad de vecinos, como a la de un ayuntamiento, región o nación.  En caso de duda, una mujer, lo tengo claro. En las últimas elecciones catalanas, ganó una mujer, lástima que no lograra la mayoría absoluta, peor que lo que salió, imposible. Yo no sé si esto de una Cataluña independiente será bueno, malo o regular, solo los fanáticos lo saben, están seguros y no dudan, pero cuando vemos  que los únicos que los apoyan y los defienden a nivel internacional,  se llaman Nicolás Maduro, Vladimir Putin o Kim Jomg-un , malo, malo. Los del estado islámico se lo están estudiando, terminarán apoyándolos, seguro.

(*) Urge hacer una campaña que prestigie esta saludable e higiénica práctica que la naturaleza, a diferencia de lo que ha hecho con otras especies que, exceptuando a los monos, se lo ha puesto muy complicado. A nosotros/as, por el contrario, sabiendo de nuestras debilidades y estupideces, la naturaleza, que como sabemos es sabia,  nos lo ha puesto muy fácil y sencillo pero que, debido a nuestros complejos e hipocresía, ha estado siempre condenada a la humillación.  En una reciente manifestación contra la violencia machista,  unas féminas gritaban desaforadamente: ¡Contra la violación, castración! No, no. ¡Qué barbaridad! Mucho más sencillo y sin cirugía, además, no sangra. ¡Contra la violación, masturbación! Simplemente. Un selfie sexual, caballero, sírvase VD. mismo, cuando termine apague la luz. Buenas noches. Me estoy imaginando unos sencillitos anuncios televisivos, serían muy eficaces. Sé que para muchos esto puede ser una frivolidad pero, en serio, tendremos que luchar contra esta plaga de pederastia y violencia sexual de jóvenes y viejos echándole imaginación tratando de ayudarles a combatir esta triste enfermedad de género.

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