Opinión

Dos minutos

Los relojes atómicos tienen  una precisión que se cifra en un error de un segundo en 30.000 años y los más modernos aumentan ese plazo a millones de años. Es decir, no hay posibilidad de que se retrasen de forma significativa. O sea que algo hay que hacer para que los dos minutos a los que está ajustado el “reloj del Juicio Final” del que se encarga el comité del Boletín de Científicos Atómicos tarden mucho tiempo en pasar. Cuando se puso en marcha en 1949 el minutero se encontraba a siete minutos de la medianoche pero solo en un año la manilla ha avanzado treinta segundos relacionados con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y otros treinta coincidiendo con su primer aniversario en ella y por la falta de acuerdos entre los líderes mundiales para abordar el cambio climático y la proliferación nuclear. A este ritmo Trump acaba con el mundo en dos años y le sobra otro año de mandato para rematar su obra si queda algo con vida. 

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