Opinión

Se echa de menos

En nuestro país no hay de eso. Algún intento ha habido pero no ha cuajado. Quizá porque los showman nacionales no son tan graciosos y sobre todo porque los políticos no lo son ni pizca. Barack Obama, que lo mismo se marca un ‘agarrrao’ con Michelle, que la besa en público, que trata de arreglar una crisis mundial en mangas de camisa y que se toma una cerveza en su lugar de trabajo con su colega el vicepresidente, no es así y les da de su medicina a quien pretende ponerle en un brete como ha ocurrido en el programa de Zach Galifianakis (Resacón). Aquí para que el presidente de espectáculo hay que esperar al debate sobre el estado de la nación.

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