Opinión

El oráculo

Un oráculo es una persona cuya opinión se estima mucho por su gran sabiduría. Del ex presidente del Gobierno, Felipe González, se puede pregonar esa condición. Si lo dice el oráculo, la deidad socialista, el señalado por su dedo es aceptado en el del partido. No para siempre, pero si al menos cuando lo necesita en un momento de gran presión. Fue Felipe el que dijo que Zapatero se había convertido en un gran estadista cuando asumió la presiones europeas de mayo de 2010 y pegó el primer hachazo a los derechos sociales.

Tras criticar a su correligionario y sucesor en el cargo, Pedro Sánchez, a cuenta del “relator” acaba de perdonarle por decir ni más ni menos lo que viene diciendo desde siempre, que las condiciones de los independentistas, en concreto su principal reivindicación, la negociación del derecho de autodeterminación, es inaceptable “y eso me  parece bien”, ha dicho el oráculo. Solo le falta decir que, tras él, los demás solo aciertan cuando rectifican. 

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