Opinión

Matar al mensajero

Los portadores de malas noticias nunca han sido bienvenidos. Los mensajeros pueden ser heraldos de la paz aunque normalmente llevan escritos que desatan guerras. Matar al mensajero es una práctica antigua que vulnera todos los intentos de entendimiento y que algunos quieren reeditar. Que el fiscal general del Estado y el fiscal jefe Anticorrupción -el primero manda al segundo- coincidan en un breve espacio de tiempo en pedir que se sancione a los medios de comunicación que publiquen filtraciones de sumarios es un ataque a la libertad de prensa que no cabe en una sociedad moderna. Si no quieren que las actuaciones judiciales se conozcan antes de tiempo que vigilen a quienes tienen la papela. Pero documento de interés público que cae en manos de un periodista, noticia que se publica. Y que cada palo aguante su vela. 

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