Lleva ya transcurrido un año de la nueva legislatura y la producción de leyes ha sido raquítica. Esto quiere decir que con la leyes existentes ha sido suficiente, que el mundo no se nos ha caído encima, y que lo que hace falta es que se apliquen que es el problema de la mayor parte de la leyes. El Ayuntamiento de San Pedro de Pinatar (Murcia), acaba de promulgar una ordenanza sobre el uso de las playas con una serie de condiciones para que todos puedan disfrutar de ellas. Así, por ejemplo prohíbe los juegos con palas, francamente molestos a la hora de la siesta playera. Los jugadores a los que los municipales vean serán sancionados. Pero también lo serán quienes orinen en el mar. Y aquí la vigilancia se complica y el ayuntamiento queda en evidencia en su ánimo regulador. Mejor no hacer normas cuyo incumplimiento no se puede sancionar que exponerse al ridículo.
