Se encuentra Roma conmocionada por la foto de una pareja realizando el amor a la tres de la tarde en una calle del Trastevere, el barrio detrás del Tiber, un barrio típico, castizo, con todo lo que conlleva de tradición, conf licto y a menudo degradación. Roma es una ciudad que requiere ser visitada de forma despaciosa. Pero encierra “peligros para caminantes”, como bien se encargó de registrar Rafael Alberti en el poemario que dedicó a la ciudad y al barrio del sucedido, en el que vivió sus años romanos, donde advertía de la proliferación de “gatos de toda clase de etiquetas”, de las ratas “que someten al ratón a sus mandatos” y de las motos que quería ver convertidas en chatarra. Ahora podría añadir una nueva advertencia: ¡Ojo, sexo callejero!
