Al Chapó Guzmán bien se le podría aplicar la frase de Jacinto Benavente sobre la vanidad, de la que dijo que “hace siempre traición a nuestra prudencia y a nuestro interés. Porque ha sido la vanidad lo que le ha perdido para su negocio y lo que le ha ganado para el recuperado orgullo de los mexicanos después de su fuga rocambolesca. Solo a un vanidoso irredento, enemigo público número uno de México y EE UU se le ocurre contactar con productoras y actores para protagonizar un ‘biopic’ que ensalce su figura. Solo vivo y libre y pagado de su bolsillo podría ‘El Chapo’ Guzmán conseguirlo, porque una vez encarcelado corría el riesgo de tener el mismo trato cinematográfico que su colega Pablo Escobar. El Chapo ha sido imprudente.
