Opinión

"Vivir es para volver" y "armarios emocionales"

La primera parte del titular es de Azorín, que días pasados cumpliría 150 años. Siempre me gustó su gusto por la escritura, al definir el escribir como el arte de combinar las palabras con el silencio. Crecemos con sueños en nuestros ojos… y descubrimos que la vida no es lo que pensábamos que sería; y luego descubrimos la nostalgia (G.G.Márquez). La nostalgia nos inclina e incita repetir hechos pasados.

Y más de uno se estará preguntado a qué viene este doble recital de dos monstruos de las letras. Les contestaré en el sentido de la longevidad literaria de los dos, que siempre serán contemporáneos, perdurables y actuales, aunque pase el tiempo y más tiempo. En román paladino: Cuando la literatura es buena nunca pasa de moda, es rabiosamente actual siempre. Y observen ustedes por dónde que, leyendo una entrevista a nuestro modisto Roberto Verino, me da motivo para la segunda parte del titular cuando responde a la pregunta si ¿comprar moda es una inversión?: “Cuando la materia empleada y el diseño son buenos, la ropa no pasa de moda y la puedes usar durante décadas, incluso la pueden heredar tus hijos; de ahí nacen los “armarios emocionales”, que te recuerdan momentos vividos”. ¡Eso sí, con una salvedad!, puntualiza el propio Verino sobre el “armario emocional”, al lamentar que lo llevaría a la depresión, ya que no cabe en la mayor parte de los trajes; tuvo una evolución de “peso”.

Volverán a preguntarse ustedes: ¿Por qué lo que fue bueno o muy bueno, dejando satisfacción y un halo emocional, con el paso del tiempo ya no es ni vale lo que presentíamos, pese a las emociones mantenidas en el tiempo? Algo evolucionó, con lo que no se contaba o no se quiso ver. La explicación la aporta Neme en una de sus máximas, cuando recuerda a Eclesiastés en la Biblia: “Toda cosa tiene su hora”. Y razón le asiste, ya que somos hijos de nuestro tiempo; y el valor de lo material, inmaterial y de nuestras obras, con el transcurso del tiempo, cambia. Pero así y todo el “armario emocional” existe y perdura.

“Vivir es ver volver” y “Armarios emocionales”, alusiones al pasado con perspectivas del presente; tratamos recordar, y sin embargo decimos infinidad de veces que no es posible vivir de los recuerdos. Vale con recordarlos por el valor que tuvieron y sirven. Aunque, después, ya no todo vuelve a ser igual; y por ello Neme me traslada una de sus inquinas, que echa por tierra el “Vivir es volver” y los “Armarios emocionales” al recordarme que “O que foi e xa non é, é como se non fora”; aunque pretendas que vuelva a ser. Los sentimentalismos, emociones, pasiones de lo que fue en su momento, llega a recuperarse si conviene en el futuro. Y sucede frecuentemente que lo valió, sirvió y “sentó cátedra” en su momento, se transforma en una enorme decepción al intentar recuperarlo por lo que fue. Y al final, si no cumple con el objetivo buscado para el presente, ya hace dudar de lo que fue en el pasado, y estropea la merecida historia. Con esto deseo transmitir la inconveniencia de recuperar para el presente lo eficazmente válido del pasado, cuando se procura por necesidad. Nada vuelve a ser igual, triunfar, iniciar la senda del éxito alcanzado en otros tiempos. ¡Es más! Incidir en ello se traduce en fracaso, que conduce a la decepción.

¡Todo pasa de moda! ¡Todo tiene su momento! La moda de materia y diseños buenos pueden perdurar y llegar a constituir “armarios emocionales”. El profesional, cualesquiera la faceta, si dejó un halo de eficiencia, se le recuerda siempre, pero no le exijáis que, pasado el tiempo, vuelva a ser lo que le dio categoría exitosa. Aunque “vivir es ver volver”. Siempre hay la excepción. Es la del entrenador de fútbol Claudio Ranieri -pasa de los setenta años-, que vuelve a guiar al equipo del Cagliari a la élite del fútbol italiano tres décadas después. Él mismo reconoce: “Aquí empecé, no pude evitar volver cuando me llamaron”. Muchos son los llamados y excepción los que repiten éxito. Rainieri volvió a triunfar. “Vivir es ver volver”.

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