Opinión

Ron Desantis, primera víctima de Trump

Se daba por hecho que Ron DeSantis se retiraría de la campaña electoral en algún momento, para sumarse a las huestes de Trump ante la imposibilidad de vencerle como candidato republicano a la Casa Blanca. La sorpresa ha sido que abandonara tan pronto: después de los caucus de Iowa y dos días antes de los de New Hampshire, que se celebran este martes.

NH será clave para saber qué candidato tendría más opciones reales de hacerse con la candidatura, pero DeSantis no ha esperado: ha declarado que entendía la inmensa mayoría de los votantes republicanos de Trump consideran que merece una nueva oportunidad para recuperar la presidencia y adelantó que se sumará a esos votantes de Trump.

El líder republicano sigue imparable su carrera hacia la Casa Blanca, sin que nadie le haga sombra excepto la Justicia. Pero da la impresión de que ni siquiera los tribunales son capaces de vencer al expresidente, con más de 90 imputaciones y cuatro causas abiertas que le obligan a comparecer ante los tribunales. Trump cree que la presión social a su favor incidirá en las decisiones de los jueces, así como la impugnación a presentarse en las primarias de Colorado y Maine por su vinculación con el asalto del Capitolio. Por otra parte, en el caso de que a Trump no le trataran bien los tribunales pero consiguiera ser reelegido presidente, podría ejercer su cargo porque ninguna ley recoge que no pueda hacerlo, incluso en el caso de que fuera condenado. Una situación que, de darse, sería insólita: un condenado por la Justicia ejerciendo la presidencia del país más poderoso del mundo.

La imagen de Ron DeSantis, gobernador de Florida, ha caído en picado. Por su diligencia al anunciar su retirada sin luchar, que es la actitud lógica en un buen político. Trump le ha sacado 30 puntos de ventaja en Iowa, pero aún así se esperaba su continuidad. Sí continúa Nikky Haley, que se convierte en la única rival de Trump. Con escasas posibilidades de conseguir la candidatura que busca quien la nombró embajadora en Naciones Unidas, pero va a intentarlo.

DeSantis, que acaba su mandato como gobernador en el 26, piensa a futuro. Tiene buena aceptación entre los republicanos aunque como hemos apuntado su imagen se ha deteriorado con el anuncio del abandono, y además ya arrastraba que se trataba de un candidato superficial y poco avezado en política. Pero si su contribución a la causa de Trump se considera finalmente valiosa, tanto la candidatura republicana como la relección, no se puede descartar que Trump le quiera para su equipo político si ocupa de nuevo la Casa Blanca.

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