Opinión

Ucrania: espejismo Timochenko

Ha provocado entusiasmo en la plaza Maiden, llamada Euromaiden en estos tres meses de revueltas que ha puesto final a la presidencia de Yanukovich.

Yulia Timoshenko, recién salida de prisión, se dirigió en olor de multitudes hacia la plaza que se ha convertido en un símbolo, y fue aclamada hasta la extenuación. Simultáneamente se abría al público la mansión en la que residía Yanukovich durante su periodo presidencial, una residencia a pocos kilómetros de Kiev que había convertido en un refugio se lujo insultante y mal gusto, a partes iguales.

El descrédito hacia el régimen que acaba de desaparecer tras las revueltas que han acabado en un baño de sangre con casi cien muertos, ha provocado que una parte de la población se incline abiertamente hacia la oposición que representa Timoshenko, pero no es con la ex primera ministra como Ucrania saldrá de su crisis actual; Timoshenko representa todo aquello de lo que abomina una gran parte de la población: la corrupción sin límites y la ambición desaforada.

Una corrupción que sirvió de excusa a Yanukovich para mantenerla en prisión a pesar de que pesó más la política que las garantías judiciales para deshacerse de su adversaria. Sin embargo, no debe ser Timoshenko quien lidere la Ucrania que quiere plantearse un futuro distinto tras esta crisis que ha finalizado de manera tan convulsa. De momento la presidencia la ha asumido transitoriamente un hombre del equipo de Timoshenko, Alexandr Turchinov, con la obligación de convocar elecciones y supervisar el proceso de elegir democráticamente un nuevo presidente salido de las urnas. Turchinov cometería un grave error si permitiera convertirse en una marioneta de una Timoshenko que hoy es aclamada pero que dejó un ingrato recuerdo como primera ministra.

Turnichov se ha apresurado a anunciar que Ucrania retomará el camino europeo, volverá a negociar el acuerdo con la UE que Yanukovich paralizó a instancias de Putin, lo que provocó las manifestaciones callejeras primero y el movimiento social y político después que provocaron su caída. La inestabilidad actual de Ucrania no se soluciona solo con un acercamiento a Europa: la mitad del país no quiere ese acercamiento porque se sienten más rusos que europeos, después de tantas décadas en una URSS que les ha dejado lengua, historia común, cultura y forma de vida. Por otra parte Putin, Rusia, representa para muchos ciudadanos presencia empresarial, energía, defensa e infraestructuras. Trabajo. Argumentos que Putin utiliza sabiamente para provocar reticencias hacia una UE que ayudaría a un mejor desarrollo, pero que impone muchas obligaciones, muchas exigencias.

El movimiento Euromaiden se ha apuntado un gran éxito con el derrocamiento de Yanukovich. Pero todavía queda mucha historia por escribir en Ucrania.

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