Viene hacia mí por el estrecho pasillo, me abraza; la cabeza la cubre con un pañuelo y no tiene cejas. Sus ojos de agua me miran, sus manos me agarran con fuerza…, pero soy yo quien la llama…, quien necesita de ella.
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Viene hacia mí por el estrecho pasillo, me abraza; la cabeza la cubre con un pañuelo y no tiene cejas. Sus ojos de agua me miran, sus manos me agarran con fuerza…, pero soy yo quien la llama…, quien necesita de ella.