Monreale es una pequeña localidad próxima a Palermo, en la isla italiana de Sicilia, que destaca por su hermosa catedral, hoy considerada el edificio normando más importante de Europa. El aspecto más destacable de tan singular joya arquitectónica es la simbiosis con que fueron tratadas corrientes artísticas de tan diversa procedencia -de tipo árabe, nórdico, clásico y bizantino- a la hora de conjuntar los mosaicos medievales que adornan su interior; para muchos, los más grandiosos de toda la Edad Media europea. Un sinfín de pequeñas teselas de oro, de tonalidades distintas y formas no necesariamente predeterminadas, que cubren algo más de 6.000 metros cuadrados de superficie y componen figuras y escenas bíblicas que -siguiendo una cronología lineal- discurren desde la Creación hasta la Pasión de Cristo. Los mosaicos eran, como es bien sabido, la Biblia de los pobres y de los que no sabían leer.
El Duomo di Monreale resistió las envestidas de los pueblos invasores hasta llegar sorprendentemente a nuestros días. Eso sí, dejó de pertenecer al Imperio español en 1713, con ocasión de la llamada Guerra de Sucesión; sólo 11 años después de que -según se cuenta- se constituyera en Madrid el primer Monte de Piedad de España, precursor de las cajas de ahorros. Como cada una de las teselas doradas de Monreale, también única era, hasta hace poco, cada caja española. A partir de esa singularidad, todas han formado parte de un mosaico sólo comprensible si -una vez retirado el velo que todavía las separa de la banca- se observa el conjunto en perspectiva. Tradicionalmente dedicadas a conducir el ahorro popular hacia la inversión y la beneficencia, y a realizar una labor social en sus respectivos ámbitos territoriales, las cajas fueron -durante mucho tiempo- los 'bancos' populares. Los 'bancos' de los pobres y desfavorecidos. O los 'bancos' de los que no sabían leer. Hoy son los 'bancos' de la mitad de la población, o la mitad del sistema bancario en España. De ahí lo insostenible de la secuencia de rumores y desmentidos a la que estamos asistiendo, y a la que debería dar pronta respuesta el proceso de reestructuración en marcha. Antes de que lo haga, de manera definitiva, alguna de las rondas de estrés test que se avecinan.
