Opinión

UN CUENTO CHINO

No es un cuento chino. Es realidad. El Ark Hotel de Changsha (China) es una torre aislada de 15 plantas construida en sólo 136 horas. Los albañiles de la compañía del mismo país, Broad Sustainable Building (BSB), comenzaron a levantarla a las 7 de la mañana de un lunes de mediados de junio de 2010 y terminaron avanzada la tarde del sábado de la misma semana. El domingo, con el cemento todavía fresco y cierta reminiscencia bíblica, decidieron descansar.


Los más optimistas, que los hay, auguraban un restablecimiento igual de fugaz del crédito tras la histórica inyección de liquidez que proporcionó el Banco Central Europeo (BCE) la semana pasada. Nada más lejos de la realidad. En el mismo tiempo que BSB ha sido capaz de levantar un edificio, el sistema crediticio europeo ha demostrado que su grado de desconfianza respecto a la consecución de la normalidad financiera supera con creces aquel tamaño. Sólo una semana después, la caja fuerte del banco emisor registraba un volumen de depósitos récord, de 411.813 millones de euros; magnitud que equivale al 84 por ciento de los cerca de 490.000 millones que las entidades del eurosistema recibieron en la mayor subasta de la historia. Con un coste de oportunidad implícito: el que representa la rentabilidad que hubieran podido obtener prestándolo en el mercado, siquiera en el interbancario. Y con un coste explícito, a grandes rasgos equivalente a tres cuartos de punto porcentual por cada euro depositado: los que surgen de comparar el coste de lo obtenido en la subasta (1 por ciento) y el precio de la facilidad de depósito (0,25 por ciento).


Si aquel edificio chino superó, como cuentan las crónicas, el nivel 9 en las pruebas de resistencia sísmicas, tanto el comportamiento de bancos y cajas europeos como el tamaño del 'cerdito' continental presagian, en el peor de los casos, la proximidad de un nuevo terremoto financiero. Y en el mejor, que pasará tiempo hasta que dejemos de sentir las réplicas del anterior y se reactive, como todos deseamos, el flujo destinado a empresas y hogares. Todo lo demás es un cuento chino.

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