Opinión

(SÓLO) UNA POSIBLE EXPLICACIÓN

Esta semana podría pasar a la historia económica de nuestro país por la apertura en España de la primera sucursal del mayor banco comercial chino, el ICBC. También por la polémica reforma de las pensiones, que liquida el tradicional consenso del Pacto de Toledo. Pero posiblemente lo haga por el impulso que Moncloa ha querido dar a la reforma del sector financiero, al exigir a bancos y -sobre todo- cajas requerimientos de capital más elevados que los contemplados por Basilea III para la banca mundial en 2019, so pena de incursión pública. Avanzamos (sólo) una posible explicación.


El crédito hipotecario destinado a la adquisición o rehabilitación de la vivienda habitual de las familias españolas, que supone cerca de un tercio del concedido al sector privado, recupera su liquidez con el paso del tiempo. En general, conviene aguardar entre 20 (bancos) y 21 años (cajas) para que sea amortizado en su totalidad. En un contexto como el actual, caracterizado por la incertidumbre y la preocupación por el desempleo, existe además cierta resistencia a destinar parte del ahorro a reducir deuda. Todavía más enquistada se encuentra la financiación destinada a las actividades inmobiliarias y de construcción, que representan un cuarto del crédito privado, en buena media condenado a caer en saco roto. Como también sucede con parte de la cartera de préstamos implicados en ciclos de refinanciación y reestructuración, tendentes a consolidar niveles de deuda conforme se va agotando el margen de maniobra del prestatario. Así mismo, poco podemos esperar a corto y medio plazo de los activos inmuebles incorporados al balance de bancos y cajas en pago de deuda. Suman, según el Banco de España, alrededor de 70.000 millones de euros con un valor de mercado difícil de precisar. Pensemos sólo en la asunción de suelo o de obras en curso de construcción.


Crece, en definitiva, el activo bancario recuperable después de un período prolongado, con expectativa de recuperación parcial o sin expectativa alguna de retorno. Lo que exige, en buena lógica, que sea financiado a un plazo acorde, siendo el más exigente aquel que compromete, por tiempo indefinido, fondos de terceros, cualesquiera que sea su condición. Falta, a partir de ahora, lo más complicado: encontrar voluntarios.

Te puede interesar