Opinión

De viaje al pasado

Anda, vete y regresa al pasado, y cuenta lo que has vivido y escuchado de primera mano en este 2015, pues si yo lo hago nadie de tus congéneres me va a creer, y me tacharán de loco irreflexivo e irresponsable. Cuéntales que hay millones de personas que a diario se embrutecen ante la televisión tragándose programas como "Gran Hermano" o "Sálvame", auténtica bazofia hedionda; y cuéntales que los dirigentes y presentadores de estos programas son negreros que explotan a seres analfabetos y se enriquecen a costa de su ignorancia, y después no ocultan su bajeza y se jactan de su popularidad. 

Di también a los de tu tiempo que por aquí ahora se vive mucho peor, que han jodido de mala manera a las clases bajas y medias, que la gente las pasa canutas, que hoy los pobres de las esquinas y catedrales tienen la competencia de esos otros pobres que aún tienen que dar las gracias por poder trabajar, aunque su sueldo de mierda no les llegue ni a mitad de mes. Cuéntales que si hace unos años todos nos creímos a pies juntillas que éramos los ricos de Europa, hoy ya no nos tragamos eso; y sin embargo, qué locura, los que ahora nos gobiernan se creen y quieren hacernos creer que somos de nuevo la avanzadilla del continente, cuando en realidad somos meras cobayas en manos de poderosos. Cuéntales que ahora se desprecia la sanidad y la educación pública, que a los médicos los jubilan forzosamente aunque sean sabios y expertos en el análisis y con el bisturí; y que a los profesores los mandan a casa por viejos, aunque su sapiencia no haya llegado aún a su límite. 

Diles que se desprecian las humanidades en el enseñanza, y que se condecoran con medallas civiles a las Vírgenes que copan los altares, reviviendo de nuevo, parece, las pugnas ente ciencia y religión de los oscuros tiempos de la Inquisición. Y aunque no te crean (yo tampoco lo haría, y te diría loco), cuéntales que hay tesoreros de partido, secretarios generales de partido, ministros de economía, consejeros autonómicos, diputados regionales, presidentes provinciales y demás cohorte que pulula alrededor del poder, que están enchironados o encausados por vicios de eso que ahora llamamos corrupción, y sin embargo parece que la cosa no va con sus jefes, que ni siquiera pasaban por allí, o si pasaban se hacían los lelos de solemnidad; diles que aquello que le dijo Maragall a Pujol sobre el 3%, ¡vaya!, resulta que es cierto, pero no solo en Cataluña (o Catalunya) sino también en Madrid, ha dicho, no lo he dicho yo, el mafioso Correa. Cuéntales que todo parece enmerdado y que hay psicosis de corrupción; que sería aconsejable una buena purga en los partidos para lograr recuperar la perdida credibilidad. 

Cuando regreses al pasado diles que hoy muchos abogan por que no haya distinción entre derecha e izquierda, que algunos la consideran retrógrada; diles que hoy lo cool o lo in es no ser de unos ni de otros, ni todo lo contrario; que parece que hoy impera el pensamiento único, que solo hay un camino, y que lo viejo (lo del pasado) ya no sirve para solucionar los problemas. 

Cuando regreses al pasado y hables con la gente que ha de viajar hasta nuestro tiempo, convénceles de que, a pesar de lo anterior, no es lo mismo ser de un bando que del otro, y que más que nunca es necesaria hoy la ideología, la defensa de unas ideas que sean capaces de transformar una sociedad y hacerla justa y solidara, pues entre las ansias excluyentes de unos y los afanes inmovilistas de otros, empeñados tan solo en trampear los (macro) números para presumir de eficacísima gestión, todo se está yendo poco a poco al carajo. 

Dile a los que vengan que no mienten la herencia recibida, pues es sabido que es la excusa perfecta para no responsabilizarse de la gestión. Te lo pido por favor.

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