Opinión

JÓVENES PERO BRILLANTES CON PEREC

La impostura novelística del escritor francés Georges Perec (1938-1982) es la disculpa teórica del proyecto de Rosendo Cid & Jº Carlos Seoane para la sala principal del Museo Municipal. Porque la literatura es la experiencia de ver el mundo como un milagro. Ambos comisarios exhiben una aceptable madurez al servicio del argumento expositivo. La edición del libro-catálogo, obra de Marcos Nácher, está asimismo a gran altura. La propuesta de aquellos artistas y escritores se cumple en la medida en que se parte de la ficción de Perec y tras olvidarla... crear. Desde Acisclo Novo (con el que suscribe), en la cabecera, pasando por Xosé Vilamoure (con Alfonso Rodríguez), Alejandro Caporale /Juan Conde, Alfredo Omaña/Jº Mª Benéitez, Iván Prieto/Sofía Otero, Misha Bies/Jorge Varela, Tamara Feijoo/Christian Gª, Seoane/Xurxo Sierra, Mª Chenut/ Estíbaliz Espinosa, hasta Belén Padrón/Germán Botana a la entrada. Orza, Puertas y Cid están solos, incumpliendo el presupuesto base; y también Elena Gómez (Dalhgren), si bien elabora su obra desde los remitentes con los que interactúa. Todo ello con la reciente exposición 'Perec (t)c, tentativa de inventario' de la Fundación Luis Seoane (2011) en el horizonte gallego. El escritor judío francés, autor de 'El gabinete de un aficionado. Historia de un cuadro' (1979, trad. de 1989) está obsesionado por la falsedad, y la impostura desde fines de los sesenta, siendo en Ourense una toma de postura con mucho de humor e ironía. Cid gusta del planteamiento binario, y es desde la bipolaridad de texto e imagen dónde se halla la esencia de la exposición: la mayoría de los artistas han elaborado su proyecto en relación con el escritor, siendo el resultado, desde lo individual, de ambos. Aquel cobra su significado más pleno cuando se percibe en su conjunto, como facetas caleidoscópicas de un todo.


El cuadro de Padrón quiere resumir la empresa: ella está sentada al fondo del cuarto con Germán entre obras de los participantes, que al ser distintas de las de la sala pudiera pensarse que no existen (la ficción de Perec), mas es falso, siendo así su obra un plus informativo de sus amigos, desde las paredes de la colección particular en la que aparecen esculturas de Dalhgren, Cid y Prieto. Su mensaje, desde la parodia, se une al cuadro de la falsa pinacoteca del libro desde un espejo. Deben destacarse además las obras de la cabecera, por su complejidad y lirismo: una es el Libro de Bo, de Omaña/Benéitez (con López Carballo), una instalación que pide que recojamos el libro que calza la mesa, y lo abramos. La otra es la de Acisclo Novo, fotografía de una instalación en la naturaleza, con la escultura de una silla-balancín delante, en equilibrio. A ella le acompaña nuestro texto -que insertamos en signos matemáticos-, inspirado en una obra decimonónica y el recuerdo de Antón Tovar sentado en San Lázaro. La silla se llama 'Poeta en espera'...

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