Opinión

LA PINTURA DE RAÚL DINIZ

Llega a la ciudad Raúl Diniz, artista brasileño asentado en tierras alaricanas desde hace algunos años. Expone en el vintage Café Isaac de nueva gerencia, espacio para la pausada conversación, la música y el arte: una isla, apenas, en el océano de esos locales, que abundan y proliferan, con tele de plasma en varias paredes y diversos canales a un tiempo, espacios más amplios para gente de paso o que gustan de la saturación de estímulos, hablando en alta voz. Aquí, en este reposado lugar, sito en una calle de intenso trasiego, está la pintura de Raúl Diniz. Con sus intensas densidades cromáticas, que hablan desde la luz y vegetación de São Paulo, en el Hemisferio Sur. Habla con suave decir y dulzura en los modales, y así sus obras, por más que revelen desde sus formas realizadas en acrílico y tinta la multiplicidad de emociones, e imágenes que pueblan su mundo.


Este es el de São Paulo (Brasil, en que nace en 1952), dónde se inicia en una agencia de publicidad en 1968, mundo de diseño y arte desde el que llega al del carnaval en 1981, siendo responsable en las pasadas décadas de muchas revoluciones estéticas en los desfiles de sus escuelas de samba. Reconoce Raúl que aquí está 'uno de los mejores y mayores laboratorios de creación'. En paralelo comienza a exponer en esa gran ciudad de enorme hinterland metropolitano, cercano a los veinte millones de habitantes. La riqueza formal y cromática del carnaval, efímera en esencia, llega tamizada a su plástica, con colores que son el resultado de un proceso de hallazgos en las mezclas, que presenta con elegancia. Se expresa recientemente en joyería, y por ella viene a Galicia con su pareja. En 2008 expone en la Galería José Lorenzo de Santiago, en 2011 en Visol y exhibe sus acuarelas en la Sala 'A Fábrica' de Allariz, donde reside. Participa del colectivo de artistas 'Arte-Mud' alrededor de la Fundación Vicente Risco, exponiendo con ellos. En 2012 ha ganado el festival internacional de jardines de Allariz, y viene de participar (fines 2013 e inicio de este año) en la colectiva 'Arre demo!' en aquella fundación. El artista no pierde la esencia de la figuración en sus formas, que fluyen hacia el espacio figurativo cubista, que gustaba de los bodegones. Las líneas delimitan campos, los tonos formas, trabajando con imágenes de apenas relieve, casi planas o de sutiles capas superpuestas, en las que se adivinan formas en perfiles. Muchas tienen un aire a vitrales; en otras, como 'Acenando un novo rumo', expresa un momento de cambio estilístico que, ciertamente muestra entre Ondas en movimiento de 2012 y su Cabeça de Doido, recién acabada. Son trece obras desde las que dar la bienvenida a un artista de gran poder creativo que gusta del detalle y del valor estético en los diferentes ámbitos de la pintura y la joyería.

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