Opinión

Abel y la moto

El proceso de unidad va como una moto", proclamó Abel Caballero ayer durante el recorrido que realiza por toda Galicia con la intención de aguijonear a una militancia que transmite un desconcierto palpable tras la renuncia de José Ramón Gómez Besteiro como secretario general y como postulante a candidato a la Xunta. Resulta sorprendente el abatimiento de los socialistas gallegos en las ciudades en las que gobernaron hasta hace dos mandatos. Han perdido pulso político y es comprensible porque cuando no eres gobierno pero lo mantienes, tampoco te ven como oposición.

El proceso de unidad puede ir como una moto o ser una moto que no queda más remedio que vender, pero el movimiento del alcalde de Vigo al menos ha conseguido invertir la tendencia y ocupar el espacio informativo con el mensaje de unidad en vez del de refriega constante. En Ourense, primos y cuñados compartieron espacio, como se ocupó de destacar el propio Caballero para ilustrar el buen rumbo de un propósito que contrasta con la parsimonia para fijar la fecha de las primarias que señalen un líder al que seguir.

La ronda de Caballero recuerda a la que hizo Núñez Feijóo por todos los concellos de Galicia antes de las elecciones de 2009, con la gran diferencia de que el alcalde de Vigo no aspira a ser obispo ni a que lo sea Carmela Silva, su mano derecha, sino a nombrarlo.

"Si como yo hubiera 200, perfecto", afirmó ayer en una entrevista en Radio Galicia en Santiago antes de visitar Camariñas y después de haber pisado Pontevedra. Caballero aprovecha cada micrófono que se le presenta para atizarle a Alberto Núñez Feijóo y a criticar a los gobiernos de las Mareas con más intención que los responsables locales de su partido, incapaces de reivindicar las obras positivas de su anterior gestión en las principales ciudades.

Corina Porro le reprochaba que "Abel es mí, me conmigo" durante las justas electorales por la Alcaldía de Vigo. Ha conseguido en dos semanas que se hable más de él que de los líos del partido y es una de las pocas noticias buenas que le ha sucedido a los socialistas gallegos en los últimos meses. Caballero rezuma optimismo: "Me equivoco pocas veces. Vamos a gobernar Galicia". ¿Otra moto?

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