Opinión

Agotados por la desconfianza

Las colas para acceder a los establecimientos en tiempos de pandemia resultan un filón para que los que se ganan el jornal picando columnas de opinión. Hasta que el covid se instaló en la normalidad de cada día, acercar la oreja en la barra del bar o en la terraza era una buena fórmula para tomar apuntes de realidad y conseguir originalidad en el enfoque. Los pensamientos más brillantes no suelen salir de un atril ni cuentan con un altavoz que los amplifique. Esta práctica exige el oído entrenado y capacidad de disimulo para evitar las explicaciones cuando la oreja  es pillada en conversación ajena.  

Juan José Millás llegó hace años emocionado a la tertulia en el programa con Gemma Nierga en la Ser porque, de caza en una cafetería de Donostia, se había cobrado la conversación definitiva que aproximadamente decía: "El viaje a Irán se ha cancelado porque los de Bilbao se han rajado". Buen inicio para un artículo o para un librito. El escritor reconoció que la timidez le impidió satisfacer la curiosidad por los preparativos de un viaje con elementos para convertirse en una historia fetén.

En la cola no hace falta ni disimular cuando alguien está hablando por teléfono, como sucede en la playa o en la piscina. Las conversaciones privadas pasan a públicas en el momento que se descuelga. El móvil provoca una sensación de aislamiento ficticia que impele al personal a gritar sin motivo. En la entrada de una panadería coruñesa una mujer esperaba turno mientras hablaba con su jefa, según pareció por la agitación de la conversación. Tras dar unas indicaciones sobre el envío de un burofax, la voz que se escuchaba más lejana al otro lado del teléfono comenzó a repasar a conciencia las contraindicaciones de cada vacuna, según le llegó de buena tinta por un amigo que tiene un primo con un colega al que el bedel de un ministerio le debe un favor. La mujer  de la cola dejó hablar a la interlocutora hasta poco antes de ser atendida. "¿No te cansa? Estar todo el día desconfiando tiene que ser muy agotador, tanto para ti como para los que te rodean", le soltó. Es lo que sucede. Se desconfía del Gobierno, de la Xunta, de la oposición, de la Justicia, de las fuerzas de seguridad, de los sindicatos, del feminismo, del independentismo, de la derecha, de la izquierda... Agotador. 

Te puede interesar