Opinión

"Fueron los celos"

La señal esperanzadora es que nadie en Galicia ha hecho el cafre empañando la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra cada 25 de noviembre desde 1999, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas fijó la fecha en memoria del asesinato de las hermanas Mirabal, “Las mariposas”, cometido por la dictadura de Trujillo en la República Dominicana en 1960.

Galicia salió a la calle con actos institucionales, movilizaciones y caminatas reivindicativas para que los datos de la última macroencuesta del Ministerio de Igualdad se quede en poco tiempo como una mancha del pasado de nuestra sociedad: una de cada dos mujeres admite haber sufrido violencia machista en algún momento de su vida y dos millones , 6.000 en Galicia, han padecido situaciones de acoso en el último año en todo el Estado.

Ana Pontón, portavoz nacional del BNG, estuvo especialmente atinada durante la presentación de un decálogo de medidas al incidir en que resulta imprescindible la “implicación de todos, incluídos os homes: amigos, compañeiros, mozos, pais... Porque para avanzar na liberdade das mulleres necesitamos a implicación da outra parte nesta loita”.

En la década de los 90 se cantaba a todo pulmón una canción de La Unión en la que se atribuía el motivo de la pérdida de control y de los lloros provocados a los celos mientras se reconocía la culpa de amar. “Fueron los celos” se titulaba la tonada, los mismos que han desgraciado la vida de 66 gallegas desde 2003. La celotipia nunca puede ser disculpa porque tiene cura, según comentó hace unos años, un colega vigués al que resultaría imposible colgarle la patología sin confesión. “Yo estaba enfermo hasta que un colega me puso delante del espejo y no me gustó nada lo que vi”. Durante su etapa universataria en Santiago dejaba una grabadora encendida debajo de la mesa camilla alrededor de la que se reunía su novia con las amigas para enterarse de lo que decía de él. Una tarde después de una bronca hizo lo mismo, pero apareció para llevarse la grabadora delante de todas. “Como lo escuches te voy a dejar”, amenazó la novia. “Cuando lo escuche igual te dejó yo”, respondió él. Pero se cruzó un amigo y dejó de ser celoso. Uno menos. 

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